Así como en cualquier película de Spider Man, resultó que la tela de araña tiene propiedades que los seres humanos podemos aprovechar. La seda no solo es un material muy resistente, ahora se demostró que tiene una cualidad inusual que podría servir para hacer músculos artificiales.
Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) descubrieron que la seda de araña dragón tiene una cualidad llamada super contracción. Esto significa que sus delgadas fibras son resistente a los cambios en la humedad porque pueden contraerse repentinamente como respuesta a dichos cambios y, además, se enroscan al mismo tiempo, lo que proporciona una potente fuerza de torsión. Luego de este hallazgo, también probaron otros materiales, como el cabello humano, pero no encontraron cualidades similares.
El parche diminuto que controla la presión arterial
"Esto podría ser muy interesante para la comunidad robótica", dice en un comunicado uno de los líderes de la investigación, el profesor Markus Buehler, director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental del MIT. La super contracción hace de la seda un material competitivo para fabricar dispositivos robóticos que se mueven para realizar alguna actividad y una nueva forma de controlar ciertos tipos de sensores, además de músculos para personas que, por diversas razones, puedan requerirlos.
La seda de araña es una fibra de proteína. Tras una serie de experimentos de laboratorio y de hacer modelos moleculares por computadora, los científicos determinaron cómo funciona la torsión y, según Buehler, esto hace posible crear una nueva clase de materiales.
Más cualidades de las arañas
La seda de araña es conocida por su excepcional relación fuerza-peso, su flexibilidad y su resistencia. Dadas sus características, científicos de varios países trabajan para replicar estas propiedades en una versión sintética de la fibra basada en proteínas y emplearla en diversas aplicaciones relacionadas a la salud. Pero esta no es la única cualidad de las arañas.
En investigaciones anteriores encontraron que el veneno de muchas arañas escondería en sus toxinas poderosos compuestos que podrían tratar el dolor crónico. El hallazgo fue de un grupo de científicos del Instituto de Biociencia Molecular de la Universidad de Queensland, en Australia, quienes descubrieron siete sustancias con potencial analgésico que evitarían que la señal del dolor llegue al cerebro.
La investigación, publicada en la revista British Journal of Pharmacology, es parte de la búsqueda de nuevos medicamentos entre 45,000 especies de arañas en el mundo. Estos compuestos naturales en el veneno que bloquean los receptores de dolor son el primer paso para el desarrollo de una nueva clase de analgésicos que pueden ayudar a las personas que sufren de dolor crónico y que no se puede tratar con las opciones actuales.
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