Cómo y para qué se puede usar la planta malva

La malva es una planta que puede encontrarse fácilmente en forma silvestre y se caracteriza por sus flores púrpuras.

Desde hace siglos, sus flores, hojas y mucílago (sustancia vegetal viscosa) se han usado con fines medicinales. Conoce aquí cuáles son, a qué se deben y cómo aprovecharla.

Desde hace siglos la malva (Malva Sylvestris) se utiliza con fines medicinales. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • La malva (Malva sylvestris) es una planta que se utiliza con fines medicinales desde hace siglos debido a su riqueza en vitaminas, minerales y otros compuestos beneficiosos.
  • Entre sus usos se encuentra calmar el dolor, aliviar la inflamación, mejorar la digestión y aumentar las defensas.
  • Puedes aprovecharla bebiéndola en infusiones o preparando cataplasmas, para luego aplicar sobre las zonas afectadas.

¿Qué es la malva?

La malva (Malva sylvestris) es una planta perteneciente a la familia Malvaceae. Aunque es originaria de Europa se encuentra muy extendida por todo el mundo, al punto que es común encontrarla en campos o baldíos. Se caracteriza por medir entre 3 y 4 pies de altura (90 a 120 cm) y tener unas llamativas flores púrpuras.

Desde hace siglos que se utiliza con fines medicinales, debido a que es rica en distintos componentes bioquímicos beneficiosos, como taninos, vitaminas, especialmente A, B y C, y minerales, como calcio, hierro y magnesio.

Para qué se usa la malva

Como sucede con muchas hierbas, la malva cuenta con una larga tradición medicinal. Generalmente, sus beneficios se obtienen al beberla en infusión, aunque también se usa tópicamente:

Calma el dolor

Uno de los usos comunes de la malva aliviar el dolor y acelerar la recuperación de las heridas. Según la evidencia disponible, esto se debe a que posee compuestos con propiedades analgésicas.

Desde la medicina tradicional se promueve el uso de sus hojas en forma de cataplasma sobre la zona afectada, aunque también es común que se la beba en infusión para aliviar el dolor articular.

Antiinflamatoria

Continuando con los efectos beneficiosos de la malva sobre la piel, existen estudios que hallaron que esta planta posee propiedades antiinflamatorias, por lo que es común que se use contra las picaduras de insectos, hematomas, quemaduras solares o erupciones cutáneas.

Mejora la digestión

Un remedio casero muy popular que se prepara con semillas y hojas de malva sirve para mejorar la digestión. Solo se debe verter agua caliente sobre un puñado de semillas, hojas, o ambas, dejarlo reposar y luego colar.

Se bebe a temperatura ambiente para obtener un efecto laxante suave y combatir afecciones gastrointestinales, como acidez, úlceras o estreñimiento, o aliviar cualquier tensión de los órganos digestivos.

Aumenta las defensas

Las infusiones, extractos o suplementos de malva parecen ser útiles para reforzar las defensas. Aunque no existe suficiente evidencia que respalde este beneficio, se cree que, por la presencia de compuestos antioxidantes y antiinflamatorios puede estimular la función del sistema inmunitario, previniendo infecciones, especialmente bacterianas.

También suele usarse contra la congestión en el pecho u otras afecciones respiratorias (como amigdalitis, faringitis, laringitis y bronquitis,) ya que promueve la expectoración, ayuda a limpiar las vías respiratorias, y alivia las molestias en la garganta.

Otros beneficios

Aunque no existen investigaciones que hayan profundizado en estos efectos, desde la medicina natural es común que se use la malva para:

  • Ayudar a perder peso.
  • Combatir infecciones del tracto urinario. 
  • Controlar los niveles de azúcar en sangre, por sus efectos hipoglucemiantes.
  • Estimular la eliminación de toxinas.
  • Favorecer un sueño de calidad.
  • Prevenir la aparición de arrugas prematuras u otras marcas en la piel producto del envejecimiento.
  • Reducir la retención de líquidos.

Cómo usar la malva

Puedes aprovechar los beneficios de la malva tomándola regularmente en infusión. Preparar esta bebida es muy sencillo:

  1. Calienta agua (no debe llegar a hervor).
  2. Coloca en una taza dos cucharaditas de malva seca. 
  3. Vierte el agua y deja reposar durante 5 a 10 minutos. 
  4. Cuela y bebe mientras esté caliente.

También puedes optar por el uso tópico, aplicándola como cataplasma en las zonas afectadas. Para ello, debes:

  1. Machacar la malva fresca en un mortero hasta lograr una pasta homogénea.
  2. Agregar agua tibia (y en algunos casos un poco de harina) para dar consistencia.
  3. Colocar en el área de la piel lastimada.
  4. Cubrir con un paño.
  5. Dejar actuar durante unos minutos (entre 10 o 15).
  6. Retirar y lavar bien.

Finalmente, puedes recurrir a los extractos o suplementos de malva. Esto se encuentran en cualquier sitio de compra online o tiendas naturistas. Sin embargo, se aconseja la recomendación y supervisión de un profesional de la salud antes de usar este tipo de productos.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.

No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.