Si bien, nuestro cuerpo tiene sus propios mecanismos de eliminación de toxinas, no está de más ayudarle un poco en esta tarea. La alfalfa (su nombre científico es Medicago satina) tiene propiedades diuréticas que favorece la secreción de orina, que a su vez, combaten la retención de líquidos y permite depurar tanto los riñones como el hígado.
Los riñones se encargan de limpiar la sangre de sustancias potencialmente nocivas a través de la orina y regular los líquidos del cuerpo, entre otras funciones. En tanto, el hígado destruye los tóxicos procedentes de los desechos producidos de forma natural por nuestro organismo, como el amoníaco, pero también los que ingerimos, como el alcohol.
Para obtener los beneficios depurativos y desintoxicantes de la alfalfa, simplemente debes preparar una infusión. Lo puedes hacer con hojas secas o bien con las semillas. Necesitarás una cucharada de hojas secas de alfalfa o bien media cucharadita de semillas y una taza de agua. Pon a hervir el agua y añade las hojas secas o las semillas, tapa durante unos 10 minutos. Tómala caliente.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, refiere que la alfalfa se usa para las enfermedades renales, las enfermedades de la vejiga y de la próstata y para aumentar el flujo de orina. También para el colesterol alto, el asma, la osteoartritis, la artritis reumática, la diabetes y el malestar estomacal. Desde un punto de vista nutricional, las personas toma alfalfa como fuente de vitaminas A, C, E y K4 y de minerales como calcio, potasio, hierro y fósforo.
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