Qué puede pasar si mezclas alcohol con sedantes

El uso y abuso de bebidas alcohólicas o etanol es un problema de salud pública de suma importancia y es el tercer problema de salud después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. El consumo de alcohol está relacionado en un porcentaje importante de los accidentes de tránsito, accidentes laborales, suicidios y homicidios.

El etanol o alcohol produce efectos a corto y largo plazo, ocasionando trastornos y enfermedades en distintos órganos del cuerpo principalmente: cáncer, enfermedades cardíacas, hepáticas, digestivas y del sistema nervioso central. 

Debemos estar informados sobre los efectos secundarios y adversos que se puedan presentar con los medicamentos que estamos consumiendo. | Foto: ISTOCK

De manera aguda, el alcohol actúa como un agente que impacta en el sistema nervioso central. En el cerebro inicialmente, produce desinhibición y un estado de ánimo que se inclina a la euforia.

 En la medida que se va incrementando la ingesta o los niveles de alcohol en el cerebro, otras áreas cerebrales que se encargan de distintas funciones se van adormeciendo y dejan de funcionar de una manera adecuada. En la persona que está bajo sus efectos, podemos observar que se afecta la capacidad para coordinar los movimientos y la marcha, se pierde el equilibrio, los movimientos son torpes, se dificulta la coordinación del habla y los reflejos disminuyen, lo que predispone a accidentes y lesiones. 

El control que ejercemos normalmente sobre nuestras emociones y conducta se dificulta, por lo que afloran conductas impulsivas y desinhibidas, lo que predispone a conflictos con nuestros semejantes y conductas de riesgo como por ejemplo peleas, discusiones, autolesiones y violencia en general. Un mayor consumo puede ocasionar estados de estupor, coma e incluso la muerte.

Las probabilidades de que situaciones como esta se presenten aumentan cuando sumamos al uso del alcohol otros medicamentos que deprimen el sistema nervioso central, debido a que se suman los efectos sedantes de estos productos, con el provocado con las bebidas alcohólicas. Algunos ejemplos: medicamentos que se utilizan para inducir el sueño, anestésicos, tranquilizantes, ansiolíticos, anticonvulsivantes y antialérgicos. 

Debemos estar informados sobre los efectos secundarios y adversos que se puedan presentar con los medicamentos que estamos consumiendo, se debe estar atento a las combinaciones con otros tratamientos y la posibilidad de generar interacciones y reacciones potencialmente peligrosas para la salud. 

En este sentido es importante no olvidar que el alcohol puede interactuar con muchos medicamentos, generando reacciones que pueden ser peligrosas.