La musicoterapia consiste en el uso de la música para restaurar, mantener o mejorar la salud física y mental.
Es una práctica reconocida, por ejemplo, por sus efectos sobre la memoria en pacientes con Alzheimer, la reducción del dolor y la ansiedad en personas hospitalizadas e incluso la mejor comunicación en niños con Autismo.
Otra relación muy estudiada por la ciencia son sus efectos y beneficios en los niños con Síndromes de Down. Aquí repasamos lo que dicen los expertos y te contamos todo sobre esta relación.
El síndrome de Down es una condición genética que se origina cuando la división celular produce una copia adicional total o parcial del cromosoma 21.
Actualmente, no se sabe qué causa la presencia del cromosoma 21. Se han registrado diferentes cambios relacionados a ese material genético adicional:
- Baja autoestima.
- Cambios o retrasos en el desarrollo.
- Dificultades para comunicarse.
- Escaso nivel de iniciativa.
- Problemas de aprendizaje, concentración y comunicación.
- Problemas para compartir emociones.
- Trastornos digestivos y cardíacos.
- Cambios físicos: como rostro aplanado, cabeza pequeña, cuello corto, párpados inclinados hacia arriba, poca tonicidad muscular, y baja estatura entre otras características.
Su nombre proviene del médico John Langdon Down, quien describió el síndrome por primera vez en 1866. En 1959, el genetista francés Jérôme Lejeune, descubrió que el síndrome de Down era causado por la presencia de una copia adicional del cromosoma 21, lo que generaba 47 cromosomas en total.
Desde entonces, se han llevado adelante investigaciones con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down. Entre ellas, se encuentran las que se centran en los efectos de la musicoterapia.
Distintos estudios hallaron que los niños con síndrome de Down tienen una gran sensibilidad frente a la música, por lo que muchos expertos comenzaron a estudiar como este tipo de terapias pueden influenciar en su vida.
Qué es la musicoterapia
La musicoterapia es el uso de la música y/o sus elementos, es decir, armonía, melodía, ritmo y sonido, por un musicoterapeuta calificado, según informa de la Federación Mundial de Musicoterapia.
Este tratamiento se puede llevar a cabo con un paciente o un grupo, y buscar promover o facilitar diferentes aspectos, como aprendizaje, expresión, movimiento, organización o relaciones.
A partir de un diagnóstico, tratamiento y evaluación de los resultados, se busca satisfacer necesidades cognitivas, emocionales, físicas y sociales.
Es común que se confunda musicoterapia con educación musical. Sobre esto, los especialistas resaltan las siguientes diferencias:
- La musicoterapia usa la música como herramienta para producir cambios, mientras que en la educación musical la música es un fin en sí mismo.
- La musicoterapia es un proceso abierto, evolutivo, interactivo y experimental, mientras que la educación musical tiende a ser instructiva y cerrada.
- La musicoterapia tiene contenido dinámicos, mientras que la educación musical tiene contenido definidos.
- La musicoterapia es ejercida por un terapeuta, mientras que la educación musical es ejercida por un profesor.
Cómo ayuda la musicoterapia a los niños con Síndrome de Down
Por la mayor sensibilidad que los niños con síndrome de Down tienden a mostrar por la música, resulta más sencillo intervenir en el desarrollo de diferentes capacidades mediante la musicoterapia, según informa Carla Muñoz Navarro en su trabajo "Musicoterapia con niños con Síndrome de Down".
Teniendo en cuenta las características y síntomas que muestran los niños con síndrome de Down, la autora marca algunas premisas generales sobre cómo la musicoterapia puede influir:
- El ritmo musical puede favorecer la movilidad automática y las funciones respiratorias y cardíacas.
- La melodía puede ayudar a modificar las emociones.
- La improvisación musical puede modificar el estado de ánimo y favorecer la comunicación.
- Las danzas individuales y/o colectivas pueden facilitar el dominio del cuerpo en el espacio y la comunicación.
- La manipulación de instrumentos puede estimular las coordinaciones manuales.
- El canto puede mejorar la función respiratoria.
Según detalla Muñoz Navarro, se puede recurrir a diferentes técnicas para interactuar con los pacientes:
- Audiciones musicales.
- Cuentos musicales dramatizados.
- Dibujo estimulado musicalmente.
- Ejecución musical guiada.
- Estimulación motriz mediante estímulos musicales.
- Experimentación instrumental.
- Improvisación musical sobre audiciones.
- Movimiento guiado a través de la música.
- Relajación guiada con música.
- Técnicas de improvisación guiada o libre, instrumental y/o vocal.
- Técnicas vocales, de composición, rítmicas y de pulsación musical.
- Verbalización y expresión a través de algún instrumento musical.
Muchas de esas premisas aún se consideran hipótesis, y los investigadores deben continuar investigándolas para conocer los vínculos entre la musicoterapia y sus potenciales beneficios en los niños con síndrome de Down.
Sin embargo, algunos estudios hallaron resultados prometedores, como:
- Desarrollo vocal, auditivo y de habilidades motoras, así como mayor expresión verbal y corporal de los sentimientos.
- Gran estimulación del lenguaje y la memoria.
- Mayores niveles de confianza y autoestima.
- Mayor disposición ante las relaciones sociales y para adquirir habilidades sociales.
Para recordar:
El síndrome de Down es una condición genética que se origina cuando la división celular produce una copia adicional total o parcial del cromosoma 21.
Las personas con esta condición suelen mostrar retrasos en el desarrollo, cambios físicos, baja autoestima, dificultades para comunicarse, escaso nivel de iniciativa y problemas para desenvolverse en espacios sociales.
Entre las diferentes práctica que se estudian para mejorar la calidad de vida de los niños con síndrome de Down, se encuentra la musicoterapia.
Este es un tratamiento que combina la música y sus elementos con el objetivo de restaurar, mantener o mejorar la salud física y mental.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Federación Mundial de Musicoterapia, Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano.