Luis Manuel González tiene 11 meses de edad y, como todo los niños de su edad, es muy curioso y alegre. Pero este bebé, que nació en México, presenta una condición que pone en peligro su vida: pesa 28 kilos (62 libras), lo que debería pesar a los nueve años.
La condición del bebé mexicano ha dejado sorprendidos a los médicos, que en un principio pensaron que Luis Manuel padecía del síndrome de Prader Willi, una enfermedad que desencadena un hambre insaciable. Pero esa posibilidad fue descartada.
"El niño no tiene Prader Willi de acuerdo a las pruebas genéticas que le realizó el Instituto Mexicano del Seguro Social. El diagnóstico que hicimos es que el niño padece de una obesidad ocasionada por inflamación celular ", señaló el cardiólogo mexicano Gustavo Orozco, del Instituto de Investigación de la Inflamación en Guadalajara, a la BBC.
La inflamación celular hace que el bebé crezca en forma desordenada. Y resulta de una deficiencia en la sangre y la leche maternas de grasas omega 3, que son esenciales para activar el metabolismo y evitar la obesidad de los bebés.
¿Qué es la inflamación celular?
La inflamación está profundamente arraigada en nuestros genes. La definición de inflamación celular es una actividad incrementada del factor de transcripción de un gen conocido como Nuclear Factor-kappaB (NF-κB). Este es el factor de transcripción de genes que se encuentra en cada célula y activa la respuesta inflamatoria del sistema inmune innato.
"Nuestras células pueden inflamarse a raíz de lo que comemos: esta inflamación celular es la razón por la que engordamos, sufrimos determinadas enfermedades y envejecemos antes", explicó el doctor Barry Sears, presidente de la Inflammation Research Foundation.
Es difícil determinar qué porcentaje de la población sufre inflamación celular, ya que muchas veces es asintomática y no suele haber un diagnóstico hasta que no aparece alguna complicación metabólica. "Se estima que un porcentaje muy elevado de individuos obesos la padecen, podría ser una cifra superior al 20% de la población general", destacó el doctor Joan Clària, especialista en Bioquímica Clínica y consultor senior del Servicio de Bioquímica y Genética del Hospital Clínic de Barcelona al periódico español El Correo.
El caso de Luis Manuel
Luis Manuel, el bebé mexicano, tiene una obesidad "que fue programada en el vientre materno por deficiencias nutricionales durante el embarazo" y posteriormente en la lactancia, señaló el doctor Gustavo Orozco.
Durante la gestación hay grasas que protegen al bebé y evitan la inflamación celular, pero el niño no recibió niveles adecuados de esas grasas omega 3, principalmente las grasas EPA y DHA estaban en niveles deficientes en la sangre y posteriormente en la leche de Isabel Pantoja, la madre de Luis Manuel.
Diversas investigaciones realizadas en Canadá y Alemania revelan que la mujer embarazada debe consumir ciertas grasas que evitan que el cerebro, el páncreas y los órganos internos del bebé queden programados para producir ciertas hormonas en exceso que hacen que el tejido adiposo aumente en forma dramática, explicó el cardiólogo mexicano.
Luis Manuel come normalmente pero responde produciendo demasiadas hormonas, principalmente insulina y esa hormona en exceso produce que el tejido adiposo aumente de tamaño.
Por eso, ahora, el tratamiento del niño es nutricional, con una dieta baja en consumo de azúcares refinados, para que el cuerpo no produzca mucha insulina cada vez que come azúcares, y alta en grasas antiinflamatorias derivadas del aceite de oliva, de las almendras y nueces y del pescado.
Según Orozco, es posible que con cambios nutricionales y dosis de mantenimiento de grasas omega 3, Luis Manuel no sea en el futuro un adulto obeso.