Su daño en el cráneo y el cuero cabelludo impedía que se realizara un trasplante de órganos sólidos (riñón y páncreas). De la misma forma, la delicada situación de sus órganos y los medicamentos inmunosupresores que tomaba debido a un trasplante anterior, complicaban la reconstrucción del cuero cabelludo.
Fue entonces que el Dr. Jesse Selber, cirujano plástico reconstructivo del Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas, en EE.UU., tuvo la idea de darle un nuevo cráneo parcial y cuero cabelludo al mismo tiempo que los nuevos órganos para solucionar todos sus problemas. Boysen tuvo que esperar 4 años hasta que surgió un candidato compatible para los trasplantes que necesitaba.
Boysen fue intervenido el pasado 22 de mayo (20 horas después de que la organización LifeGift avisara de la disponibilidad de los órganos), en una cirugía que duró unas 15 horas. La intervención fue realizada por medio centenar de especialistas del Hospital Houston Methodist y el Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas y le dio al paciente "una nueva oportunidad de vida", en palabras del Dr. Selber.
En la imagen de arriba, se muestra a Boysen después de la cirugía con puntos de sutura alrededor de la parte superior de su cabeza, por encima de las orejas, donde se unen el cráneo y el cuero cabelludo trasplantado.
El trasplante, considerado el primero en el mundo con estas características, consistió en injertar un nuevo hueso y piel en la cabeza del paciente, reconectando los vasos sanguíneos para mantener el flujo.
"Imaginen conectar vasos sanguíneos de 1.5 milímetros utilizando un microscopio con pequeños puntos de aproximadamente la mitad del diámetro de un cabello humano con herramientas que cualquiera podría utilizar para componer un reloj suizo", comentó el Dr. Michael Klebuc, el cirujano que dirigió el equipo de Cirugía Plástica del Hospital Metodista de Houston.
Tú podrías necesitar un trasplante de órganos si uno los tuyos no cumple con sus funciones. Esto puede ocurrir a causa de una enfermedad o lesión. Cuando se realiza un trasplante de órganos, los médicos extirpan un órgano de otra persona y lo colocan en tu cuerpo. El órgano puede provenir de un donante vivo o muerto.
Las personas que necesitan un trasplante de órganos suelen tener que esperar el órgano durante un largo tiempo. Los médicos deben hacer coincidir a los donantes con los beneficiarios para reducir el riesgo de rechazo del trasplante. Eso ocurre cuando el cuerpo de quien recibe el órgano (beneficiario) niega el órgano nuevo, provocando que no funcione correctamente. Las personas a quienes se les realizó algún trasplante deben tomar medicamentos por el resto de sus vidas para ayudar a impedir que sus cuerpos rechacen el órgano nuevo.