Las gemelas Erin y Abbey Delaney nacieron en Filadelfia el 24 de julio de 2016 unidas por la parte superior de la cabeza. El 6 de junio, después de una inusual cirugía de 11 horas realizada por un equipo de 30 médicos en el Hospital de Niños de Filadelfia y la contribución de considerable de la tecnología médica, se logró separararlas con éxito.
"Estos últimos meses han estado llenos de cada emoción que pude pensar. Hubo muchas ocasiones en que quise sentarme y escribir, pero tanto Riley como yo habíamos decidido que era mejor mantener las cosas tranquilas con las chicas hasta que sintiéramos que estaban bien", escribió Heather Delaney, madre de las niñas, en el blog donde narró paso a paso el camino recorrido desde el nacimiento de las pequeñas.
Heather y su esposo, Riley, descubrieron en la semana 11 de embarazo que sus hijas era siamesas. Entonces, Heather comenzó a viajar a Pensilvania y luego se mudó a una unidad en el Hospital de Niños de Filadelfia para madres que llevan bebés con condiciones congénitas complejas.
El 24 de julio de 2016, Abby y Erin Delaney nacieron prematuramente por cesárea. Los médicos comenzaron entonces a diseñar un plan para tratar de separarlas.
Una técnica inusual
Los cirujanos que lideraron la separación de Abby y Erin Delaney en el Hospital Infantil de Filadelfia lanzaron el proceso de etapas múltiples con una técnica nunca probada en estos casos. La osteogénesis por distracción se ha utilizado durante 20 años para corregir las deformidades craneales y faciales, pero nadie lo había utilizado para ayudar a separar a siameses craneópagos, es decir unidos por la parte media de la cabeza.
Estos casos ocurren aproximadamente en uno de 2,5 millones de nacimientos y solo se han intentado 60 separaciones desde 1952.
El método utilizado aprovecha una paradoja biológica; cuando se corta un hueso y los dos extremos se separan con cuidado y firmemente, la separación estimula el crecimiento del hueso a medida que el tejido busca sanar.
Cuando las niñas tenían solo tres meses y pesaban alrededor de cinco libras cada una, el cirujano reconstructivo Jesse Taylor y el neurocirujano Gregory Heuer cortaron los cráneos de los bebés en el punto de unión. Instalaron dispositivos de separación acolchados hechos a medida, luego cosieron los cueros cabelludos juntos para cubrir el hueso.
Durante el mes siguiente, los cráneos de las bebés fueron separados aproximadamente cuatro centésimas de pulgada por día. Las niñas terminaron con una banda de separación de 1 pulgada, así como huesos y piel extra que ayudaron con la reconstrucción posterior.
Obstáculo crucial
Los vasos sanguíneos craneales son un obstáculo crucial para la separación, incluso para siamesas como Abby y Erin, que compartían solo una pequeña porción de tejido cerebral. Por lo general, el suministro de sangre de un gemelo es dominante.
Finalmente, el 6 de junio, unos 30 médicos, enfermeras y demás personal médico trabajaron durante 11 horas para separar a las siamesas. El hospital dijo en ese momento que había realizado cirugías de separación de otros 22 pares de gemelos unidos en los últimos 60 años, pero nunca a un par de gemelos craneópagos.
Abby y Erin, que tienen 15 meses, no han presentado complicaciones, en parte porque los cirujanos pudieron llegar a sus vasos sanguíneos al ampliar selectivamente el canal de separación de 1 pulgada creado por el proceso de distracción. Aunque todavía es muy pronto para evaluar completamente cualquier problema neurológico, señalaron los especialistas. Ahora, las niñas ya se preparan para regresar a casa.