La presencia de la bacteria Naegleria Fowleri, conocida popularmente como ameba come-cerebro, en St. Bernard Parish, una de las zonas del estado más devastadas por Katrina, tiene su origen en el huracán, aseguraron autoridades de salud. Esta bacteria causa una terrible infección en el encéfalo y es letal en el 99 por ciento de los casos.
Tras el huracán, la población de St. Bernard Parish se redujo en un 40 por ciento, lo que provocó que simplemente el agua se dejara de usar.
Puntos clave
- La ameba come-cerebro entra por la nariz y ataca directamente el cerebro.
- La hallaron en agua potable de Louisiana.
- Y aseguran que el Huracán Katrina es el responsable.
"La baja demanda de agua, hizo que ésta se estancara y fuera caldo de cultivo para la bacteria", explicó Jake Causey, ingeniero experto en sanidad del sistema de hospitales de Louisiana. "Cuanto más rápido corre el agua tras un huracán, más rápido se drenan y limpian las tuberías", agregó.
Justamente fue en St. Bernard Parish en donde contrajo la bacteria una niña de 4 años, jugando en un tobogán inflable. La ameba entra al organismo por la nariz y "corre" al cerebro, destruyéndolo en días.
Sin embargo, los expertos aseguran que el agua se puede beber, y hasta usar para cocinar, lo que es riesgoso respirar cerca del grifo. Ya comenzó en toda esa área un trabajo de cloración del agua, desde las tuberías ubicadas en el Golfo de México.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que si bien el ahogamiento es la principal causa de muerte en el momento mismo en el que está pasando el huracán, la lista de males crece a medida que transcurre el tiempo.
Las principales situaciones médicas que aparecen tras un huracán y hasta 10 años después del impacto son:
- Enfermedades respiratorias
- Mayor prevalencia de infecciones causadas por bacterias, como la Salmonelosis
- Hepatitis A
- Enfermedades de la piel como sarna y dermatitis
- Enfermedades cardíacas
- Elevada incidencia de trastornos mentales
Un estudio realizado por la OMS comprobó que los trastornos mentales y las tendencias suicidas se habían duplicado tras el paso de Katrina.
En 2003, en el marco de un estudio multinacional sobre salud mental, se entrevistó a 826 adultos de la zona de Louisiana que sería dos años después afectada por Katrina.
A un año del huracán, los mismos expertos de la OMS que habían conducido la primera investigación entrevistaron a 1,043 adultos que vivieron la tragedia: los trastornos de ansiedad, estrés postraumático, y deseo de morir habían aumentado en un 50 por ciento.
La OMS asegura que la mejor forma de prevenir tanto el primer listado de enfermedades como los trastornos mentales es iniciando inmediatamente, tras el paso del huracán, una campaña sanitaria que abarque controles médicos masivos y campañas de vacunación.
Además, el control de la salud mental de todos los que sufrieron la tragedia es esencial.
Tanto las heridas físicas como psíquicas pueden perdurar años, y estar latentes hasta salir a la luz.
Como con la bacteria come-cerebro, que aparece 8 años después de Katrina. Hay pocos casos registrados de esta extraña y mortal bacteria, pero hasta ahora, sólo se conocen muy pocos casos de sobrevivientes.
La más reciente es Kali Hardig, una niña de 12 años de Arkansas, que la contrajo en agosto. Científicos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades aseguran que en ella está la esperanza para hallar un antídoto que anule la letalidad de este microbio.
Y las autoridades de salud confían en que, con la imlementación a pleno de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, la atención preventiva ayude a frenar todos estos males disparados por la tragedia.
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