Sí, esta vez los zombies son veloces, no caminan arrastrando los pies, y, como siempre, muerden para transmitir un extraño virus que afecta el cerebro y el comportamiento.
En “World War Z”, la película que protagoniza Brad Pitt basada en el libro homónimo de Max Brooks (el hijo de Mel Brooks), un extraño virus surge en China y se expande a través de viajeros, de una manera que pone en peligro la existencia de la raza humana.
Puntos clave
No es casual que el virus de la ficción comience a expandirse en China, exactamente igual que ocurrió en la vida real en 2002, con el Sindrome Agudo Respiratorio Severo (SARS). Esa epidemia mató a 770 personas e infectó a 8,000 en todo el mundo, hasta que fue controlada.
En aquél momento, las autoridades sanitarias chinas fueron acusadas de ocultar información clave sobre la pandemia de SARS, que hubiera ayudado a disminuir su impacto. Tal vez por eso han sido tan abiertos ahora frente al brote de otro virus peligroso: una nueva cepa de la gripe aviar, que ya suma 130 casos, con 37 muertes.
Al parecer estos virus surgen en países de compleja transparencia. En Arabia Saudita, en donde se está expandiendo el nuevo virus respiratorio llamado MERS, al principio los sanitaristas no compartieron información. Pero cuando el virus mostró su letalidad en Francia, invitaron a un equipo de científicos internacional a investigar esta enfermedad emergente, que ya afectó a 60 personas, 38 de las cuales murieron.
Cualquiera de estos virus puede desatar una pandemia, como en “World War Z”. Y si bien seguramente no causen que los muertos vivos transiten por el mundo, si pueden devastar a la Humanidad. En 1918, la epidemia de gripe mató a más de 50 millones de personas. En 2009, la gripe porcina se cobró 280,000 víctimas.
Es un escenario que perfectamente puede saltar de la pantalla grande a la realidad, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un escenario epidémico que frenaría viajes y comercio, y causaría escasez de alimentos y emergencia sanitaria.
Los expertos de “World War Z” creen al principio que se trata del virus de la rabia, que se trasmite justamente por la mordedura de un animal infectado, o a través de transplante de órganos que contengan el virus.
Claro, en la película el virus muestra síntomas en segundos, algo que en la vida real no ocurre con la rabia, que suele manifestarse luego de hasta meses de haber ocurrido la infección, cuando ya es irremediable.
Y otros virus reales vienen a la memoria a partir de la película de Brad Pitt: la fiebre hemorrágica, la fiebre amarilla, ciertas formas severas de dengue, el Virus del Ébola. Todas enfermedades terribles, súper contagiosas y altamente mortales.
Aunque los filmes no siempre son precisos a la hora de describer los virus, permiten educar. De hecho los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) lanzó hace un par de años una exitosa guía de preparación para desastres basada en un hipotético ataque zombie, una de las iniciativas de comunicación más existosas de la entidad federal.
“Los zombies están bien instalados en la cultura popular y nos han servido para educar”, explicó el doctor Ali Khan, de los CDC. “Si estamos bien equipados para enfrentar a los zombies, también lo estaremos para enfrentar una pandemia, una catástrofe natural o un ataque terrorista”, concluyó Khan.