Los hallazgos publicados en la revista científica Emerging Microbes and Infections, del grupo editorial Nature, refiere que entre un total de 2,816 fármacos, varios medicamentos contra el cáncer, antihistamínicos y antibióticos mostraron ser efectivos para mantener el virus fuera de las células humanas.
"A la luz del brote histórico y devastador de la enfermedad del virus del ébola, hay una necesidad urgente de desarrollar rápidamente tratamientos útiles contra la infección y nuestros resultados muestran que la reutilización de los medicamentos existentes puede ser una de las maneras más rápidas para lograrlo", dijo Adolfo García-Sastre, autor principal de la investigación en información difundida por la Escuela de Medicina Icahn.
"Muchos de los compuestos identificados en este estudio prometen convertirse en compuestos que en el futuro podrían ayudar a desarrollar fármacos dirigidos a este virus", añadió.
En concreto, el equipo de investigación utilizó una tecnología de alta velocidad miniaturizada a través de librerías con las muestras de 2,816 compuestos ya aprobados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para otros usos. El ensayo se diseñó para identificar compuestos que bloquearán la capacidad del virus ébola para entrar e infectar células humanas.
Para ello, los científicos generaron partículas víricas no infecciosas que usan el mismo mecanismo de entrada en las células que el virus del ébola. Por fuera son idénticas al virus del ébola, pero por dentro, en lugar de contener la información genética del virus -lo que las haría infecciosas-, contienen una proteína que genera una señal de fluorescencia y permite determinar el comportamiento del virus y comprobar si entra o no a la célula.
A partir de ahí, identificaron 53 medicamentos capaces de inhibir la entrada de esas partículas víricas generadas en las células. Sin embargo, el siguiente paso será demostrar y establecer que dosis de los fármacos no son tóxicos y su efectividad para frenar la enfermedad.
Más sobre el ébola
El virus del ébola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados. En África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.
El ébola es una enfermedad vírica aguda grave que se suele caracterizar por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
Hasta ahora, no existe una cura para el ébola. El tratamiento consiste en proveer cuidado de apoyo como fluidos, oxígeno y tratamientos para las complicaciones.
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