Así es el traje de bioseguridad anti ébola

La guía de emergencia que edita la OMS para trabajadores que atienden a pacientes con ébola incluye: mascarilla quirúrgica, guantes dobles, bata descartable impermeable de manga larga que cubra la ropa hasta los pies o equivalente, calzado impermeable o cobertura equivalente, gorro y máscara facial o gafas.

Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indican que todas las personas que entren en la habitación de un paciente deben usar por lo menos: guantes, bata (resistente o impermeable a los fluidos), protección de los ojos (gafas) y mascarillas.

La OMS recomienda usar los de nitrilo, de la talla correcta de la persona y de un solo uso. Se deben utilizar dos pares cuando se entre en contacto con los fluidos del paciente; se deberán cambiar cuando estén severamente contaminados con sangre o fluidos corporales y, además, se llevará a cabo una limpieza exhaustiva de manos tras su retirada.

La ropa de protección debe ser impermeable y descartable, cubriendo cualquier parte del cuerpo expuesta al posible contacto con fluidos corporales del paciente infectado. La cremallera debe tener doble solapa autoadhesiva para un alto nivel de protección y barrera contra líquidos, en los tobillos y muñecas llevan elásticos para garantizar un buen ajuste y la debida impermeabilidad en los puntos críticos.

Las piezas faciales se utilizarán conjuntamente con filtros de partículas según el nivel de riesgo que se establezca; las máscaras completas ofrecerán adicionalmente protección ocular al usuario. El cuidador deberá llevar también pantalla facial o gafas de montura integral junto con una máscara, de forma que se prevengan las salpicaduras de líquidos contaminados.

Debe ser cerrado y resistente a la perforación y penetración de fluidos. Pese a que no existe ningún tipo de norma específica de calzado frente a agentes biológicos, éste debe superar una serie de ensayos destinados a evaluar su resistencia a la penetración y degradación por sustancias químicas líquidas. El calzado puede incorporar un requisito adicional que le hace resistente a la penetración de objetos punzantes a través de la suela.

No hay un “traje para el ébola”, sino que el EPI que se emplea (el más usado por las grandes organizaciones es el Tychem C de DuPont) es el de máxima protección, el mismo que se usa en zonas de África afectadas por la fiebre de Lassa u otras enfermedades hemorrágicas y muy contagiosas, refirió Olimpia de la Rosa, coordinadora médica de Unidad de Emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF).

“Estas prendas, cuando se utilizan correctamente como parte de un protocolo que incluye otros equipos de protección y prácticas de higiene personal, pueden ayudar a reducir la posibilidad de contaminación de la piel y la ropa de los trabajadores, por patógenos potencialmente infecciosos”, asegura DuPont en un folleto informativo.

El nivel 4 de bioseguridad debe utilizarse para trabajar con microorganismos exóticos de alta peligrosidad, capaces de producir infecciones graves y hasta mortales en el personal del laboratorio. Para todas las actividades a este nivel, se requieren cabinas de seguridad biológica clase III, prácticas microbiológicas rigurosas y un laboratorio con diseño especial, para evitar la diseminación de microorganismos en el medio ambiente.

La OMS puntualiza que el virus del ébola se propaga por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.