Son protuberancias molestas que aparecen en el cuerpo y generan preocupación. Las hernias se presentan cuando una parte de un órgano interno o tejido sobresale a través de un área muscular débil.
“Una hernia inguinal es un agujero de la pared del abdomen, a través del cual los órganos internos (generalmente grasa o intestino) pueden salir. Casi siempre, al realizar esfuerzos o estar mucho tiempo de pie, la bolita aparece y al estar acostado desaparece", explica el Dr. Alejandro Villar, Cirujano especialista e integrante del equipo HolaDoctor Consultas.
La mayoría de las hernias son inguinales, pero también pueden aparecer en el ombligo o al nivel de las heridas después de una cirugía abdominal. A algunos pacientes no les causan molestias, pero otros pueden presentar dolor al realizar esfuerzos o sentirse incómodos por su apariencia, agrega Villar.
¿A quiénes afectan?
Las hernias son bastante comunes. Pueden afectar a hombres, mujeres y niños. Algunas personas nacen con músculos abdominales débiles y tienen más probabilidades de herniarse.
Existen varios tipos de hernias, informa la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., entre ellas:
- Inguinal, en la ingle. Es la más común
- Umbilical, alrededor del ombligo
- Incisional, a través de una cicatriz
- Hiatal, una pequeña abertura en el diafragma que permite que la parte superior del estómago se desplace hacia el pecho
- Diafragmática congénita, un defecto de nacimiento que necesita cirugía
Tratamiento: ¿siempre hay que operar?
El tratamiento consiste habitualmente en realizar una cirugía para reparar la apertura en la pared muscular. Las hernias que no son tratadas a tiempo, pueden causar dolor y problemas de salud.
Le preguntamos al Dr. Villar qué complicaciones puede causar una hernia que no se opera. “El problema con las hernias es que en ocasiones, éstas pueden complicarse: los órganos que salen a través del agujero pueden quedar atrapados, causando dolor e impidiendo que la sangre llegue de manera adecuada. Si esto pasa es necesaria una cirugía de urgencia, y a veces se debe quitar la parte de intestino afectado".
La recomendación es operar antes de que ocurra alguna complicación por estas razones. La cirugía es sencilla: se coloca una malla de un material especial que cierra el agujero en el abdomen, puede hacerse incluso con una mínima invasión y la mayoría de los pacientes regresan a casa el mismo día” señala el especialista.
¿Cirugía tradicional o laparoscopía?
Si crees que puedes tener una hernia, consulta a tu médico, quien generalmente puede detectarla mediante un examen físico. El profesional puede descartar otras afecciones que causan protuberancias o bultos.
Actualmente se puede reparar una hernia por vía laparoscópica o por vía abierta; generalmente en ambas se utiliza una malla para reforzar la pared del abdomen.
“La ventaja de la cirugía laparoscópica (o de mínima invasión, como también se le conoce) es que se hacen pequeñas heridas en el abdomen, por lo que las cicatrices son menos visibles, la recuperación es más rápida, hay menos dolor, el riesgo de infecciones es menor y podrá regresar a sus actividades más rápido que con la cirugía abierta. Una de las desventajas de la cirugía laparoscópica es que es más costosa y debe realizarse bajo anestesia general” explica el Dr. Villar.
La cirugía abierta o tradicional puede realizarse incluso con anestesia local, por lo que hay menos complicaciones relacionadas con la anestesia. Se hace a través de una herida al nivel de la ingle, explica el Dr. Villar, es un poco más dolorosa y la recuperación es un poco más lenta. Ambas formas son muy efectivas y dan buenos resultados. Lo mejor es hablar con el médico para que ambos escojan la técnica que más convenga según el caso.
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