Preeclampsia: después del parto todavía hay riesgos

Uno de los grandes temores durante el embarazo es sufrir un ataque de preeclampsia y muchas mujeres sienten alivio después del alumbramiento al pensar que el peligro pasó. Lo que a veces ignoran las futuras madres es que el riesgo continúa incluso después de salir del hospital: la mayoría de las muertes por esta condición ocurren durante el postparto.

En el embarazo uno de los aspectos que el médico debe mantener bajo observación es la presión arterial de la futura madre, especialmente después de la 20° semana de gestación, que es cuando puede presentarse la preeclampsia (hipertensión y proteína en la orina). Cuando hay riesgos, se suele adelantar el parto y los valores de la madre vuelven a la normalidad y el bebé nace saludable. Pero los riesgos pueden persistir.

Preeclampsia: después del parto todavía hay riesgos
Después del parto, la madre debe seguir haciendo chequeos médicos | Foto: GETTY IMAGES

La mayoría de los casos de preeclampsia posparto se manifiestan en un plazo de dos a 45 días después del alumbramiento y, si no se atienden inmediatamente, pueden presentarse complicaciones potencialmente mortales. El 97% de las muertes maternas relacionadas con la preeclampsia y otros trastornos hipertensivos del embarazo ocurren dentro de las seis semanas posteriores al parto, según un estudio publicado en Obstetric & Gynecology en 2017

El riesgo de ACV puede aumentar con la hipertensión vinculada con el embarazo

La preeclampsia postparto puede provocar edema pulmonar, accidente cerebrovascular, trombosis y aumentar el riesgo de futuras enfermedades cardiovasculares. También puede puede causar eclampsia: convulsiones, daños permanentes a órganos vitales como el cerebro, el hígado y los riñones, estado de coma y, si no es tratada a tiempo, la muerte. Y, en casos extremos, síndrome de HELLP (destrucción de los glóbulos rojos, aumento de enzimas hepáticas y conteo bajo de plaquetas), que también puede poner en riesgo la vida.

A cualquier mujer le puede pasar

La preeclampsia posparto puede ser difícil de detectar, ya que no siempre hay síntomas durante el embarazo. Una mujer puede haber tenido la presión arterial normal durante la gestación y presentar preeclampsia después del alumbramiento, por eso es necesario que continúe controlando su salud.

Presión arterial alta (140/90 o más), dolores de cabeza intensos, visión borrosa o sensibilidad a la luz, hinchazón del rostro y de las extremidades, dolor abdominal, náuseas o vómitos, poca necesidad de orinar, aumento de peso repentino (más de dos libras por semana) y exceso de proteínas en la orina son señales que no deben dejarse pasar: En caso de presentar alguna, se debe consultar con el médico lo antes posible.

También hay algunos aspectos a tomar en cuenta como obesidad, antecedentes familiares, embarazos múltiples y la edad (tener menos de 20 años o más de 40). Y si a partir de la segunda mitad del embarazo hubo presión arterial, se corren más riesgos de preeclampsia posparto.

No se conocen las causas de la preeclampsia, pero sí se sabe que afecta entre 2% y 8% de los embarazos en todo el mundo y cerca del 3,4% en Estados Unidos. De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud (NIH), se estima que la afección representa del 10% al 15% de las muertes maternas en todo el mundo.

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