La presión arterial elevada durante el embarazo puede aumentar el riesgo del bebé de desarrollar obesidad infantil, según un estudio publicado en el Endocrine Society Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud público a nivel mundial. El número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 42 millones en 2013, según la Comisión para acabar con la obesidad infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La investigación de Ju-Sheng Zheng, de la Universidad de Qingdao en China y colegas, señaló que la hipertensión durante el segundo trimestre estuvo relacionada con un aumento del 49% en el riesgo de sobrepeso u obesidad en los niños, mientras que la hipertensión en el tercer trimestre estaba relacionada con un riesgo 14% mayor.
"Nuestro estudio es el primero en demostrar que entre las mujeres embarazadas, la presión arterial elevada se asocia con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad para sus hijos", destacó Ju-Sheng Zheng.
Relación hipertensión-obesidad
El estudio incluyó a 88,406 parejas de madres-hijos del sudeste de China, entre 1999 y 2013. Los investigadores definieron el sobrepeso y la obesidad en la niñez de acuerdo con las directrices de la International Obesity Task Force (IOTF).
Los niños fueron seguidos con regularidad desde el nacimiento hasta una edad promedio de 6 años, en la cual un 9,1% se consideró con sobrepeso (6,6%) o obesidad (2,5%).
Entre las mujeres que eran hipertensas durante el segundo trimestre, sus hijos tenían un 49 por ciento más de probabilidades de ser clasificados con sobrepeso o tener obesidad en comparación con los hijos de madres que tenían niveles más bajos de presión arterial. Los niños de mujeres con hipertensión arterial durante el tercer trimestre eran un 14 por ciento más propensos a cumplir con los criterios de sobrepeso u obesidad.
El tamaño corporal de la madre antes del embarazo no afectó la asociación. Tampoco la presión arterial elevada durante el primer trimestre se asoció significativamente con ningún aumento del riesgo de sobrepeso u obesidad en la descendencia.
"Los resultados indican que todas las mujeres embarazadas y sus médicos deben controlar y tratar de limitar un aumento sustancial de la presión arterial en el embarazo, especialmente desde la mitad hasta el final . Esto puede ayudar a reducir la probabilidad de que sus hijos sean afectados por la obesidad", dijo Zheng.
Los posibles mecanismos de la asociación hipertensión-obesidad infantil pueden incluir causas de restricción del crecimiento intrauterino, sugirieron los autores, así como la resistencia vascular de la arteria umbilical durante el tercer trimestre, que se ha vinculado previamente al crecimiento fetal con retraso, menor tamaño al nacer e índice de masa corporal infantil elevado.
Sin embargo, los investigadores señalaron que una de las principales limitaciones del estudio incluía una incapacidad para distinguir entre la hipertensión gestacional y la preeclampsia durante el embarazo.