El ayuno, definido como reducir o eliminar la ingesta de calorías durante un cierto período de tiempo, a menudo se ha citado como una efectiva forma de perder peso.
Los especialistas señalan que mediante la modificación de los aspectos del ayuno, como cuánto tiempo ayunar, qué comer entre ayunos y cuándo ayunar, es posible diseñar métodos para combatir la obesidad y los trastornos metabólicos.
Las pruebas en favor de restringir de forma intermitente la ingesta de calorías están creciendo. Recientemente, un equipo dirigido por Hoon-Ki Sung, de la Universidad de Toronto, Canadá, investigó los cambios moleculares que podrían respaldar los efectos del ayuno intermitente.
Metabolismo y quema de grasas
Según el estudio, publicado en la revista Cell Research, el ayuno intermitente ha demostrado ser el más prometedor para aumentar el metabolismo y la quema de grasa.
Los investigadores utilizaron ratones en un programa de ayuno intermitente de 16 semanas. Los ratones comieron normalmente durante dos días y luego pasaron un día entero sin comida. Mientras tanto, un grupo control de ratones comió la misma cantidad de calorías en general, solo se extendió uniformemente en tres días.
Después de cuatro meses, los ratones que ayunaron tendieron a tener pesos corporales más bajos que los ratones del grupo de control. También tenían menos grasa blanca y más grasa marrón, que se utiliza para la energía y el calor del cuerpo, y sus niveles de insulina y glucosa eran más constantes.
La grasa blanca es esencial para almacenar el exceso de energía y liberar lípidos cuando surge la necesidad. Sin embargo, también está asociado con la obesidad y la diabetes tipo 2. La grasa de marrón, por otro lado, quema energía y se la ha señalado como aliada potencial para el tratamiento de la obesidad y las enfermedades metabólicas.
Los investigadores señalaron que es posible que el ayuno intermitente estimule una célula antiinflamatoria, que luego provoca un aumento en la producción de un factor de crecimiento de los vasos sanguíneos, lo que a su vez lleva al cuerpo a quemar más células grasas.
De grasa blanca a marrón
Es importante destacar que los ratones en el grupo de ayuno intermitente tenían un porcentaje menor de grasa blanca, ya que se había convertido en grasa marrón.
Estudios anteriores han demostrado que, en ciertas circunstancias, la grasa blanca se puede convertir en grasa marrón. Este proceso está siendo examinado como una posible vía para reducir la obesidad.
"El ayuno intermitente, sin una reducción en la ingesta de calorías, puede ser un enfoque preventivo y terapéutico contra la obesidad y los trastornos metabólicos", dijo el coautor del estudio Kyoung-Han Kim, profesor asistente en el departamento de medicina celular y molecular de la Universidad de Ottawa, Canadá.