Los niños estadounidenses tienen problemas de sobrepeso, y el aumento más pronunciado en la obesidad se observa entre los de 2 a 5 años de edad, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Pediatrics en 2018. Se observó que el problema es más preocupante entre los niños hispanos y africano-americanos, donde llega casi al 50%.
Pero ¿qué es lo que hace que los niños tengan sobrepeso? Además del consumo masivo de comida procesada y el poco ejercicio, muchos factores pueden estar puertas adentro, en el mismo seno del hogar.
Muchas tradiciones y conductas familiares contribuyen a los malos hábitos alimenticios en los niños, y después es difícil que los abandonen de grandes. Por ejemplo: la abuela le dice a su nieta de 4 años que hizo galletas solo para ella, y le da un plato repleto y un vaso de leche una hora antes de la cena.
Otro ejemplo: el abuelo le dice a un niño: "Come. No dejes comida en tu plato o nunca crecerás para ser fuerte como tu hermano mayor". Y tal vez una tía prepara galletas de chocolate para quien termine el plato de comida.
Cada uno de estos escenarios tiene parientes bien intencionados que impulsan la comida de tus hijos. La Academia Americana de Nutrición y Dietética informa que si bien los abuelos y la tía tienen los mejores propósitos, podrían contribuir inocentemente a varios problemas potenciales que afectan a tus hijos, como:
- Enseñar a los niños a comer para complacer a los demás en lugar de a sí mismos.
- Alentar al niño a comer con más frecuencia, lo que dificulta reconocer las señales de hambre del cuerpo.
- Incitar a los niños a asociar la comida con el castigo porque sienten que deben comer ciertos alimentos para "ganar" el postre.
Cómo cambiar el escenario negativo
Dirígete al miembro de la familia y aborda el tema con delicadeza. Recuérdale a esa persona por qué los hábitos alimenticios saludables son importantes para ti como padre y lo que estás trabajando con tus hijos, diles que sería útil estar en la misma sintonía. Incluso puedes inspirar a ese familiar a comer más sano.
Ayuda a los familiares a encontrar otras formas de demostrar sus mejores intenciones. Sugiere que lean o jueguen un juego, que salgan a ver una película o que tengan una salida especial donde luego pueden esconder una nota dulce en la mochila del niño, en la lonchera o debajo de su almohada, en lugar de una golosina.
Cómo manejar los malos hábitos con los niños
Si tus hijos son pequeños, asegúrate de discutir esto en privado. Es mejor evitar cualquier conflicto o problema dramático en torno a la comida. Asegúrate de mantenerte positivo y de animar a los niños a tomar decisiones saludables, escuchar sus cuerpos y divertirse con la familia que aman.
Si tus hijos tienen la edad suficiente para hablar por sí mismos, ayúdales a encontrar las palabras adecuadas para expresar cómo se sienten.
Antes de volver a pasar tiempo con tus familiares, discute los posibles escenarios en los que tus hijos necesiten rechazar los alimentos. En lugar de simplemente decir "no, gracias" y temiendo que puedan herir los sentimientos de alguien, haz que tus hijos se preparen para decir "no" con un cumplido. Por ejemplo, pueden decir: "Se ve delicioso, pero no tengo hambre en este momento. ¿Puedo tomar un poco más tarde?"
Independientemente de su edad, los niños no deben sentir que deben comer alimentos que no quieren. Enseñarles constantemente a escuchar sus propios sentimientos de hambre y plenitud les permitirá comer de manera adecuada.
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