En la diabetes tipo 2, donde el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada, se debe prestar atención a la dieta y al ejercicio para poder mantenerla bajo control. Pero ahora, los científicos nos sorprenden con un nuevo factor de riesgo: las amistades inciden en el riesgo de padecer esta enfermedad.
La soledad ya ha sido relacionada con tener una menor esperanza de vida, menor recuperación frente a las cirugías y otras enfermedades, pero cada vez es más grande la lista de daños con las que se relaciona. Recientemente, un grupo de expertos de la Asociación Americana de Psicología (APA) declaró que la soledad podría ser más peligrosa para la salud que la obesidad, y que un número cada vez mayor de personas está en riesgo. Se cree que unos 42,6 millones de estadounidenses de 45 años en adelante, sufren de soledad crónica, según la organización.
Más amistades, menos diabetes
La investigación que relaciona la diabetes tipo 2 con la soledad, fue llevada a cabo por el Centro Médico de la Universidad de Maastricht, en Países Bajos.
Los científicos analizaron las relaciones sociales y la historia clínica de 2,861 adultos de entre 40 y 75 años residentes en el sur de Países Bajos participantes en el Estudio de Maastricht. Y hallaron que de todos ellos, 1,623 tenían niveles glucosa normales, 430 presentaban pre-diabetes, 111 tenían un diagnóstico reciente de diabetes tipo 2 y 697 personas tenían una diabetes tipo 2 de larga data.
Luego de analizar otros factores de riesgo, los investigadores observaron que la participación en grupos sociales tuvo un efecto protector frente a la diabetes, y la soledad o el aislamiento social significó un riesgo de un 60% mayor de tener pre-diabetes y hasta un 112% más de riesgo de padecer diabetes tipo 2 entre las mujeres.
Al parecer, cada amigo es importante. Por ejemplo, se halló que en un grupo de 10 amigos, la pérdida de uno de ellos significó un aumento del 5 al 12% en el riesgo de diabetes tipo 2.
Hombres solos en riesgo
Los más perjudicados son los hombres que viven solos, entre quienes el riesgo de tener diabetes es hasta un 94% mayor.
Pero ¿qué es primero, la diabetes o la soledad? Podría ser que la aparición de la diabetes tipo 2 no haya sido influida por la soledad, sino que los malestares de la propia enfermedad sean los causantes de que la persona se aísle.
“Los cambios iniciales en el metabolismo de la glucosa pueden provocar complicaciones como el cansancio y el malestar general, lo que explicaría que los individuos limiten su participación social” escribieron los autores.
“La población en alto riesgo de padecer diabetes tipo 2 debería ampliar sus redes sociales y ser alentada para que haga nuevos amigos” señaló Miranda Schram, co-autora del estudio.
Y agregó que hay que incentivarlos a que formen parte de un club deportivo, un grupo de discusión o una organización de voluntarios. Y ya que los hombres solos tienen el mayor riesgo de padecer diabetes, deberían ser tenidos en cuenta por los médicos como un grupo de alto riesgo.
“Nuestros resultados corroboran la idea de que acabar con el aislamiento social podría ayudar a prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2” dijo Stephanie Brinkhues, líder de la investigación publicada en BMC Public Health.