El ritmo de vida actual nos ha llevado a modificar algunos hábitos para poder cumplir con las demandas de tiempo que tenemos día a día.
Podría suceder que hay días en los que sientes que no te alcanza el tiempo, por esto muchos dejan de hacer ejercicio, duermen menos tiempo e incluso sacrifican tiempo con la familia.
Estos hábitos afectan tu bienestar físico y emocional; sin embargo, hay un hábito en particular que, además, pone en riesgo tu salud haciéndote más propenso a ciertas enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y síndrome metabólico, ese hábito es el de no desayunar.
En un estudio realizado en 2015 y publicado en la revista Public Health Nutrition, se menciona que el no desayunar puede causar que los niveles de glucosa (o “azúcar”) en la sangre sean 37% más altos durante todo el día; también se menciona que el hecho de no desayunar causa que la insulina (una de las hormonas encargadas del control de la glucosa) no se produzca en cantidades adecuadas y que no funcione de forma óptima.
¿Qué causa estos cambios?
La ghrelina es una hormona que se produce en el estómago y que aumenta al tener un ayuno prolongado, está encargada de estimular el apetito y estimula la producción de ácido del estómago, disminuye el uso de grasas e incluso puede llegar a estimular la producción de cortisol cuando alcanza niveles muy altos.
La alta concentración de ghrelina en la sangre provoca tener más hambre, no poder hacer uso de grasas corporales para obtener energía y tener menores niveles de insulina.
Lo interesante es que el no desayunar es un hábito que usualmente se acompaña de otros que, además, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por ejemplo fumar más, ejercitarse menos, consumir más bebidas alcohólicas, comer menos alimentos con fibra, tomar más café, hacer comidas (especialmente cenas) más abundantes y en general tener una dieta menos equilibrada.
Al desayunar ayudas a tu organismo a tener un mejor control de tus niveles de glucosa en la sangre, también lo ayudas a disminuir los niveles de colesterol LDL (o colesterol “malo”) y los de triglicéridos.
Es por todo lo que se ha mencionado que el desayuno es la comida más importante del día y para sacarle mayor provecho te recomendamos no dejar pasar más de una hora desde que despiertas hasta que desayunas.
Recuerda cuidar la cantidad y la calidad de los alimentos que consumes, ya que son una base fundamental para mantener tu organismo en óptimas condiciones. ¡Bon apetit!