La tristeza es una emoción humana normal, la depresión es un estado mental que no lo es. Muchas veces, las dos palabras se confunden o se usan como sinónimos, especialmente en la comunidad hispana, al decir que una persona "está triste", cuando en realidad puede estar sufriendo de depresión y necesitar ayuda.
El Estudio SOL (Study of Latinos), que se llevó a cabo por una década en distintas comunidades latinas de los Estados Unidos comprobó que un 27% de los latinos que viven aquí presentan síntomas de depresión.
De todas las comunidades latinas, la que tuvo más síntomas de depresión fue la puertorriqueña, algo que, aseguran expertos, se ha exacerbado tras la tragedia del Huracán María, con más casos en la isla y en los Estados Unidos continental.
Una distinción interesante que explica el doctor Guy Winch, autor de "Emotional First Aid: Healing Rejection, Guilt, Failure and Other Everyday Hurts", es que, en general, estamos tristes por algo. Hay disparadores de la tristeza, como un evento difícil, una pérdida, una ruptura. Es una sensación temporal, y en un período de tiempo corto, se diluye, se supera, y de repente ya no estamos tristes.
En cambio la depresión invade todos los aspectos de la vida, es como si de pronto la vida se pintara de gris. Y la palabra "menos" comienza a regir: todo es menos interesante, menos atractivo, menos importante. Nada vale la pena. Domina el enojo y la frustración, y cada vez lleva más tiempo rearmarse.
Muchas veces, la misma persona no es capaz de reconocerse en ese pantano emocional, y es un amigo, una pareja, un ser querido, el que comienza a ver las señales de alerta. Es el momento de pedir ayuda.
El Instituto Nacional de Salud Mental estima que unas 16 millones de personas padecen de depresión en los Estados Unidos. La entidad identifica los siguientes síntomas como las señales de alerta más notorias, aunque pueden no ser las únicas:
- Un estado de irritabilidad permanente
- Cambios en el apetito y el peso
- Trastornos del sueño (puede ser insomnio o dormir mucho)
- Sentir cansancio o una sensación de lentitud durante el día
- Tener la energía muy baja
- Tener sentimientos de culpabilidad, o sentir que nada tiene sentido
- Problemas con enfocar en una actividad, o perder fácilmente la concentración.
- Perder la habilidad de tomar decisiones
- Tener pensamientos de muerte o suicidio
La depresión es un trastorno complejo que puede tener muchas causas —el abuso infantil, el haber sufrido violencia doméstica— son los escenarios más habituales que suelen desencadenar el trastorno.
Pero el espectro es mucho más amplio: un accidente, baja autoestima, heridas que no sanan, medicamentos que la persona esté consumiendo por otras afecciones (como betabloqueantes, estatinas, corticoesteroides, medicamentos hormonales), historial familiar de depresión, las posibilidades son tantas que solo un especialista podrá llegar a la fuente y recomendar tratamientos apropiados.
Seguramente durante tu chequeo médico anual, tu médico de cabecera te pregunte sobre tu estado de ánimo, pueda detectar señales de alerta, y dar el primer paso en lo que será una cadena de ayuda.
La American Psychiatric Association sugiere que la combinación de antidepresivos con tratamiento psicológico funcionan bien en la mayoría de los pacientes. Combinar estrategias tiene una explicación: la gente suele abandonar más fácilmente a las píldoras que a los psicólogos. Si esto ocurre, el médico será el balance para volver a encarrilar el tratamiento.
Los siguientes son recursos que la persona con depresión, o un ser querido, pueden utilizar para pedir ayuda e iniciar el camino de regreso a la vida normal:
- Línea de Prevención del Suicidio: 1-800-273-8255
- Línea de texto para hablar sobre una crisis: Textear HOME al 741741.
- Grupo de apoyo para la depresión: 1-800-826-3632
- Violencia adolescente-línea de apoyo: 1-800-992-2600
- Línea para personas que escaparon de sus casas (los llamados son confidenciales): 1-800-231-6946
- Línea para asalto sexual: 1-800-223-5001
- Línea nacional para violencia doméstica: 1-800-799-SAFE
Fuentes: NDMDA, American Psyquiatric Association, CDC