Pese a que cada vez hay mayor conciencia sobre la importancia de mantener la salud mental, la depresión cada vez afecta a más gente y sigue siendo difícil de tratar. El primer obstáculo suele ser reconocer el problema; el segundo, encontrar una terapia que dé buenos resultados.
La depresión es una enfermedad clínica severa que afecta a alrededor de una de cada 10 personas, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). El diagnóstico se hace en función de los síntomas del paciente, por lo que se considera un síndrome heterogéneo.
De acuerdo a las características de cada paciente, el tratamiento para la depresión puede variar (suele ser una combinación de psicoterapia y medicamentos antidepresivos y ansiolíticos), así como los resultados. Muchas veces puede pasar que ni siquiera tomando fármacos haya un alivio de los síntomas, pero esa realidad podría estar por cambiar.
Un estudio publicado en BMJ ofrece una nueva visión sobre un viejo tratamiento que actualmente no es muy aplicado: la estimulación cerebral no quirúrgica. Esta técnica supone una alternativa para aquellos que sufren de depresión grave y no han mejorado con medicamentos.
"Muchos psiquiatras desconocen estas técnicas, o al menos no piensan recomendarlas a sus pacientes", dijo en un informe Daniel Press, profesor asociado de neurología en la Escuela de Medicina de Harvard y director clínico del Centro para No Invasivos Berenson-Allen. Agregó que estudios como este son útiles para dejar claro que son opciones muy efectivas para un gran porcentaje de individuos.
Las técnicas no quirúrgicas de estimulación cerebral utilizan corriente eléctrica o imanes para estimular el cerebro, alterando los niveles de actividad en las regiones afectadas por la depresión. Los autores del estudio analizaron los resultados de 113 ensayos clínicos, con datos de 6,750 pacientes con un trastorno depresivo mayor o bipolar.
Las evidencias indican que el uso de la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) y la terapia electroconvulsiva (TEC) son más efectivo que otras terapias de estimulación cerebral no quirúrgica más modernas. Tanto los tratamientos de EMTRs como los de TEC son efectivos, aunque en el estudio no aclaran si uno es mejor que el otro.
La TEC usa corriente eléctrica para inducir una suerte de ataque breve y controlado en el cerebro; se aplica con una sedación y una horas después de terminada, el paciente puede retomar sus actividades normales. Mientras que la EMTRs utiliza una bobina electromagnética pulsante colocada contra la frente que genera campos magnéticos para estimular los nervios en el cerebro; el paciente está despierto durante todo el procedimiento.
Ambas terapias existen desde hace años, pero son subutilizadas, muchas veces por conceptos erróneos o prejuicios arraigados en el inconsciente colectivo (en muchas películas los presentan como tratamiento dolorosos y traumáticos). Lo cierto es que hay pruebas sólidas de que estas estrategias funcionan no solo para la depresión, sino también para afecciones como Parkinson o el síndrome de Tourette.
De acuerdo al equipo de investigación, la mayoría de las personas pueden tener una mejora notable en la depresión con estos tratamientos, pero no durará para siempre. Podría haber recaídas y las terapias se deberán aplicar de nuevo, sin embargo, en esa segunda aplicación la respuesta positiva sería aún más rápida.
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