Quería seguir viajando por el mundo, tener hijos, disfrutar de la vida pero el destino dio un giro y todo se volvió despedida.
Pocos meses después de su boda con Dan Díaz, Brittany recibió la terrible noticia. "Justo cuando me diagnosticaron, mi marido y yo estábamos buscando activamente ampliar la familia. Fue muy doloroso", agregó.
Al escuchar que a medida que el tumor continuara creciendo, su muerte sería lenta y dolorosa, la joven eligió cómo terminaría con su vida: se mudó a Oregon donde el suicidio asistido está permitido, eligió como día el 1 de noviembre próximo, utilizando medicación (dijo a la revista People que ingerirá 100 cápsulas de secobarbital disueltas en agua) las cuales serán recetadas por su médico con ese fin y aseguró que desea morir rodeada de su marido, su madre y su mejor amiga, médica también.
Esta semana, decidió cumplir uno de sus sueños pendientes y en lo que su mamá llamó "su último hurra", visitó el Gran Cañón, en Arizona.
"El Cañón es impresionante y hermoso y pude disfrutar mi tiempo con las dos cosas que más amo en la vida: mi familia y la naturaleza", escribió Brittany en su blog personal.
Sin embargo, su plan también incluye el dejar un legado y defender la legislación que aprueba la eutanasia (hoy sólo permitida en cinco estados) .
El video fue producido por la organización sin fines de lucro que aboga a favor de la eutanasia Compassion & Choices y como era de esperarse, causó una gran conmoción dentro de la opinión pública.
Voces de todo tipo se hacen escuchar
El caso de Brittany renovó la polémica sobre la eutanasia en Estados Unidos, donde en sólo cinco estados está permitida. En Oregon, donde Brittany y su familia eligió mudarse por este tema, la ley de muerte digna está vigente desde 1997 y, de acuerdo a las estadísticas oficiales, el narcótico que se utiliza para la eutanasia se ha recetado a 1173 enfermos terminales y, de ellos, 752 se quitaron la vida voluntariamente ingiriéndolo.
El debate está abierto. "Estos millones de visitas (al video en YoutTube) van a traducirse en defensores del derecho a morir dignamente el día de mañana", explicó Mickey MacIntyre, vocero de la organización Compassion & Choices, en una entrevista a la prensa.
Hay voces críticas que no se hicieron esperar. Como la de Joni Eareckson Tada, del Instituto Cristiano para la Discapacidad en Estados Unidos escribió en un comunicado que "Creo que a Brittany le falta un factor crítico en su ecuación mortal: Dios. El viaje que Brittany –y todos nosotros– emprenderá hacia el otro lado de la muerte es el más importante que vamos a emprender jamás... Por desgracia, tres países y cinco estados han determinado que los individuos pueden tomar estas decisiones por sí mismos. Esto es lo que sucede cuando se elimina a Dios: el consenso moral que la sociedad comienza a desentrañar".
Por otra parte, el columnista Matt Walsh expresó en el sitio de noticias The Blaze: “Me aterra pensar que mis hijos crecerán en una cultura que venera abiertamente el suicidio con esa pasión tan firme”.
En la misma línea el sitio de Internet Catholic Online, el capellán Adele M. Gill escribió: "Me cuesta pensar que el plan de esta mujer para poner fin a su propia vida antes de tiempo sea valiente. Porque no lo es. Más bien, es todo lo contrario. De hecho, en mi mente, es un acto autodestructivo de cobardía egoísta para poner fin a su propia vida antes del tiempo perfecto de Dios".
Los profesionales también opinan
Para los profesionales de la salud mental el tema debe ser abordado con sumo cuidado. "Es una decisión muy personal que no se puede juzgar...desde el punto de vista humano es más que razonable, es un tema muy delicado, muy personal, nos afecta a todos como humanos y nos angustia y nos toca a cada uno de nosotros como personas que algún día tengamos que enfrentarnos con nuestra propia muerte...pero insisto en que hay que ser muy respetuosos y abstenerse de emitir un juicio sobre un tema tan personal", dijo a HolaDoctor la psicoanalista clínica Quinta.
Una encuesta aparecida en el New England Medical Journal asegura que el 67% de los profesionales de la salud se oponen a esta práctica, de la misma forma que ya lo ha hecho la American Medical Association. Al ser cuestionados por los motivos del desacuerdo, muchos dijeron que se debe al miedo al abuso de este procedimiento, sobre todo en casos de personas discapacitadas y ancianos.
El tema de la participación de un médico trae cierto resquemor en la población. Una encuesta de la empresa Gallup realizada en el 2013 aseguró que cerca del 70% de los estadounidenses estaría a favor de permitir a los doctores "finalizar la vida del paciente por algún medio no doloroso". Sin embargo, este apoyo se reduce hasta llegar al 50%, cuando el proceso es descrito como un doctor ayudando a un paciente a "cometer suicidio".
Los glioblastomas son el tipo de tumor cerebral primario más invasivo y agresivo. Es un tumor difícil de tratar y no tiene una causa genética. Los síntomas de este tipo de tumor son variados, debido a la naturaleza compleja del cerebro humano. Las convulsiones, dificultad para hablar o pensar, falta de coordinación, náusea y los dolores de cabeza son los síntomas más comunes. Es importante tener en cuenta que un tumor cerebral sólo puede ser diagnosticado apropiadamente por un doctor.
Brittany responde a las voces que la cuestionan: "El cáncer está acabando con mi vida. Elijo acabar con ella un poco antes y con mucho menos dolor y sufrimiento...Tener esta opción al final de mi vida se ha vuelto increíblemente importante. Me ha dado una sensación de paz en medio de un momento tormentoso que, de otra manera, habría estado dominado por el miedo, la incertidumbre y el dolor", agregó.
Nadie sabe lo que sucederá el 1 de noviembre.
"Ahora que me han dado la receta, y la tengo en mi poder, he experimentado una tremenda sensación de alivio. Y si decido cambiar de opinión respecto a tomar la medicina, no la tomaré", agregó.