Las señales de la pérdida de memoria pueden ser desconcertantes y alarmantes: llaves perdidas, olvidar el nombre de una calle, esa tarea que repentinamente no puedes recordar. No es de extrañarse que de acuerdo a la revista científica Nutrition Business Journal, las ventas de los suplementos que se ofrecen como estimulantes de la memoria casi se duplicaron entre el 2006 y el 2015.
Sin embargo, de acuerdo a una revisión de estudios publicada en diciembre pasado, no existe ninguna evidencia de que dichos productos puedan prevenir o retrasar los lapsos de memoria, el deterioro cognitivo leve, o la demencia en los adultos mayores. De hecho, dice Pieter Cohen, M.D., profesor asociado de medicina en Harvard Medical School, algunos pueden hacer más daño que bien.
Aquí encontrarás lo que dice la ciencia acerca de tomar suplementos para la salud cerebral y lo que se puede hacer en su lugar:
Lo que revelan los estudios
Algunos de los suplementos más populares comercializados para mejorar la memoria son el aceite de pescado (aminoácidos omega-3); las vitaminas B como el ácido fólico, B6 y B12; y el extracto de ginkgo biloba, extraído de las hojas secas del árbol de ginkgo. Pero décadas de investigación no han demostrado sus beneficios.
Por ejemplo, un estudio publicado en 2012 en la revista médica The Lancet Neurology, encontró que entre 2,854 adultos mayores con problemas de memoria, los que tomaron el extracto de ginkgo biloba 2 veces al día por 5 años no presentaron menos casos de Alzheimer que los que tomaron un placebo.
En cuanto al aceite de pescado, algunos estudios han encontrado que las personas que llevan dietas ricas en omega-3, que se encuentra en los pescados grasos como el salmón, pueden tener un riesgo más bajo de demencia. Pero, beneficios similares no están vinculados a los suplementos: Una revisión de los datos de miles de adultos mayores en el 2012 encontró que aquellos que tomaron suplementos de aminoácidos omega-3 no tuvieron menos diagnósticos de demencia o mejores resultados en las pruebas de memoria a corto plazo que aquellos que tomaron un placebo.
Las vitaminas B no han tenido mejor suerte. Una revisión de estudios en 2015 encontró que suplementar con B6, B12 y/o ácido fólico ha fallado en disminuir o reducir el riesgo del deterioro cognitivo en adultos mayores saludables y no mejoraron la función cerebral en aquellos con declive cognitivo o demencia.
Nuestros expertos recomiendan también evitar las combinaciones etiquetadas como "estimulantes de la memoria".
Falta de regulación
Un reporte de 2017 de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO) analizó cientos de anuncios en línea que promocionan los suplementos para mejorar la memoria e identificaron 27 que hacían lo que parece ser afirmaciones ilegales acerca del tratamiento y prevención de enfermedades como la demencia.
Pero aun las afirmaciones legales que sugieren que los suplementos van a mejorar, estimular o realzar tu memoria "no tienen que tener datos para justificarse," dice Lon Schneider, M.D., profesor de psiquiatría y de ciencia del comportamiento en la escuela de medicina Keck en la universidad del sur de California. (“... Los suplementos dietéticos no pueden curar, mitigar, tratar o prevenir el Alzheimer, la demencia o cualquier otra enfermedad," según una declaración del Consejo Responsable de la Nutrición, un grupo de la industria, en respuesta al informe de GAO).
Los suplementos apenas son regulados y algunos hasta pueden contener ingredientes no revelados o fármacos de receta. Muchas interacciones (algunas veces peligrosas) con medicamentos; por ejemplo, el ginkgo biloba, nunca debe tomarse con anticoagulantes, medicamentos para la presión arterial o antidepresivos SSRI. "No te dejes engañar por el despliegue publicitario," dice Marvin M. Lipman, M.D., consultor médico en jefe para CR. "No solo son una pérdida de dinero, sino que algunos pueden ser dañinos".
3 Estrategias para probar en su lugar
Haz entrenamiento cerebral. Mejorar el razonamiento y las habilidades mentales, aprendiendo un nuevo idioma, por ejemplo, puede ayudar a retrasar o disminuir el deterioro mental. Un ensayo de 10 años encontró que dicho entrenamiento (aunque no los “juegos cerebrales" computarizados) pueden ayudar a mejorar la velocidad del proceso cognitivo y refinar las habilidades de razonamiento.
Ejercita tu cuerpo. Un estudio de 2011 estimó que un millón de casos de la enfermedad de Alzheimer en los Estados Unidos se debieron al estilo de vida sedentario. Varios estudios han encontrado que la actividad física, por ejemplo caminar, levantar pesas, hacer yoga, o tai chi, pueden retrasar o disminuir el deterioro cognitivo pero no prevenirlo.
Controla tu presión arterial. Bajar la presión arterial reduce de forma dramática el riesgo de una enfermedad cardíaca y de un accidente cerebrovascular, que son factores de riesgo para la pérdida de memoria.
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