La reserva cognitiva es la capacidad cognitiva e intelectual que una persona ha logrado acumular en su vida mediante sus conocimientos culturales, estudios académicos, participación en actividades intelectuales y de esparcimiento (la lectura, la escritura, aprender idiomas, el ajedrez, los juegos de mesa, pasatiempos, etc.) y que explicaría el porqué las personas con mayor capacidad intelectual natural y adquirida conservan sus capacidades funcionales por más tiempo.
Las conclusiones del estudio publicado en la revista Anales de Psicología, se basan en la medición del nivel de vocabulario, años de escolarización, complejidad laboral y hábitos de lectura de 326 personas mayores de 50 años, 218 hombres y 108 mujeres, que acudían a centros de salud de las ciudades de Santiago de Compostela y Vigo y que eran derivados por sus médicos de familia para que se le realizara una valoración cognitiva.
También, se analizaron las puntuaciones obtenidas en dos pruebas diferentes, el subtest de vocabulario de la Escala de Inteligencia de Wechsler para adultos (compuesto por 40 palabras que el investigador debe ir leyendo para que el participante proporcione una definición para ellas) y la prueba de vocabulario de imágenes Peabody, adaptación al castellano del Peabody Picture Vocabulary Test- Revised (el participante selecciona de entre varias láminas la que mejor ilustra el significado de la palabra que el examinador le presenta oralmente).
Los resultados mostraron una mayor prevalencia de deterioro cognitivo ligero en aquellos participantes que obtuvieron una menor puntuación de nivel de vocabulario, por lo que los autores del trabajo aseguran que un mayor nivel de vocabulario tendría un efecto protector que facilitaría que el cerebro disponga de más recursos y retrasar la manifestación clínica de un posible deterioro cognitivo.
Este estudio forma parte del proyecto de investigación "Estudio longitudinal sobre marcadores cognitivos en el envejecimiento cognitivo normal, el deterioro cognitivo ligero y la enfermedad de Alzheimer" financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España.
Investigaciones anteriores destacan que una persona que ha ejercitado durante su vida sus capacidades cognitivas ha acostumbrado a su sistema nervioso a adaptarse a los cambios y a usar circuitos neuronales alternativos cuando algún circuito queda dañado. Por ello, las personas con alta capacidad intelectual retardan la evidencia de demencia neurodegenerativa, potenciando y usando vías neuronales alternativas cuando la vía principal se deteriora.
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