El 21 de octubre de 2015 es una fecha única, en especial para los seguidores de la saga de películas "Back to the Future", ya que es el día en que Marty McFly hace un viaje desde 1985 a través de una máquina del tiempo para impedir que su hijo cometa un crimen por el que podría pasar varios años en prisión.
Cuando Marty llega junto a su novia Jennifer y su amigo "El Doc" Emmeth Brown al 2015 en la segunda entrega de la película (1989), muchas personas pudieron imaginar cómo sería el futuro. Autos y patinetas voladoras, llamadas telefónicas mediante pantallas de televisión, tenis y ropa autoajustable eran algunas de las novedades que hacían soñar a los espectadores.
Sin embargo, el mismo tiempo nos hizo ver que no todas las cosas que ahí se mostraban se harían realidad. Por ejemplo, los autos y las patinetas no vuelan, no existen máquinas que pasean a los perros, ni tampoco hidratadores de pizzas como también se ve en la cinta.
Desafortunadamente, algunos hechos sí sucedieron pero no se mostraron en la pantalla, como el diagnóstico de Parkinson que desde varias décadas aqueja a Michael J. Fox, el actor que dio vida a Marty McFly. “Fue bastante aterrador, tenía 29 años y fue lo último que esperaba oír”, recordó el artista quien ahora tiene 54 años durante programa Letterman Show.
“Yo pensé que iba a lastimar mi hombro haciendo algún truco porque tenía un tic. Y fue cuando el doctor me dijo: ‘Usted tiene la enfermedad de Parkinson'. La buena noticia es que te quedan 10 años más para trabajar. Eso fue hace más de 20 años y todavía estoy trabajando”, agregó.
Según explica A.D.A.M., cuando una persona padece el mal de Parkinson, la producción de dopamina se hace irregular e inadecuada y las células nerviosas no pueden transmitir mensajes adecuadamente. Esto causa la pérdida de la función muscular y deterioro del movimiento.
Entre algunos de los síntomas se incluyen temblores leves o tener dificultad para levantarse de una silla. Pueden notar que hablan muy suavemente o que su escritura es lenta y parece apretada y pequeña. También los pacientes pueden perder la pista de una palabra o un pensamiento, o pueden sentirse cansados, irritados o deprimidos sin razón aparente.
En el caso de Michael J. Fox, ha podido disimular los movimientos inesperados de su cuerpo mediante ademanes o al cambiar constantemente diferentes posturas corporales. Incluso, busca sujetarse de bases o apoyos para evitar los temblores de sus extremidades.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, cada año cerca de 50 mil norteamericanos reciben el diagnóstico de Parkinson. No obstante, la cifra puede ser mucho mayor ya que muchas personas en las etapas tempranas de la enfermedad suponen que sus síntomas se deben al envejecimiento normal y no buscan ayuda médica.
La enfermedad de Parkinson no es una afección fatal por sí misma, pero suele empeorar con el tiempo. La expectativa de vida de un paciente con esta enfermedad es la misma para las personas que no padecen la enfermedad. Sin embargo se ha encontrado que las etapas tardías de la enfermedad pueden causar complicaciones como neumonía, ahogo y caídas que pueden conducir a la muerte.
¿Se puede curar?
Por el momento la única manera de saber si hay una cura sería tomando un DeLorean y viajando hacia al futuro puesto que actualmente no hay una solución completa a este problema. Sin embargo existen varias opciones de tratamiento que pueden mejorar el estilo de vida de los pacientes. Tales son medicamentos que aminoran los síntomas o incluso existen cirugías que tienen el mismo fin.
Mientras tanto, J. Fox encabeza The Star’s Foundation, la cual está trabajando para descubrir más biomarcadores claros para diagnosticar personas con la enfermedad antes que empiecen a mostrar síntomas.