Los cerebros de los jóvenes que usan sus smartphones o Internet en exceso sufren cambios químicos que se correlacionan significativamente con los diagnósticos de adicción, depresión y ansiedad, sugiere un reciente estudio.
Un grupo de investigadores, liderados por el profesor de radiología surcoreano Hyung Suk Seo, utilizó la espectroscopía de resonancia magnética (MRS) para obtener una visión única de los cerebros de adolescentes adictos a teléfonos inteligentes e Internet. La MRS es un tipo de resonancia que mide la composición química del cerebro.
El estudio involucró a 38 adolescentes. Diecinueve, con una edad promedio de 15.5 años, fueron identificados como adictos a Internet y a los teléfonos inteligentes y otros 19 jóvenes, que no presentaban signos de adicción, de igual edad y sexo, se utilizaron como grupo de control.
Los investigadores utilizaron pruebas estandarizadas de adicción a Internet y smartphones para medir la gravedad de la adicción a Internet. Las preguntas se centraron en la medida en que el uso de Internet y de teléfonos inteligentes afecta las rutinas diarias, la vida social, la productividad, los patrones de sueño y los sentimientos.
Composición química del cerebro
Los médicos tomaron imágenes en 3D de los cerebros de los participantes utilizando la MRS, que además de lo que pueden mostrar las imágenes regulares también puede reflejar el contenido químico de tejidos y células.
Los científicos estaban particularmente interesados en el ácido gamma aminobutírico (GABA), un neurotransmisor en el cerebro que inhibe o ralentiza las señales cerebrales. También buscaban los aminoácidos glutamato y glutamina, que interactúan con el GABA. Esos controlan el grado en que las neuronas se excitan eléctricamente.
Los adolescentes adictos tenían una mayor cantidad de GABA que glutamato y glutamina en la corteza cingulada anterior, que es zona específica de la parte frontal del cerebro interno. También reportaron con mayor frecuencia depresión, ansiedad, insomnio e impulsividad.
Los investigadores destacaron que se necesitan más estudios para comprender las implicaciones clínicas de los hallazgos, pero el doctor Seo cree que este aumento de GABA puede estar relacionado con la pérdida funcional de integración y regulación del procesamiento en los nervios cognitivos y la red neuronal emocional.
La buena noticia es que las tasas de GABA en los jóvenes adictos disminuyeron significativamente o se normalizaron después de la terapia cognitiva conductual.
Terapia cognitiva
Doce de los participantes adictos también formaron parte de un programa de terapia cognitiva conductual, y la proporción de GABA a glutamato y glutamina se normalizó en aquellos pacientes que la recibieron.
El tratamiento consistió en una versión modificada de la terapia utilizada para la adicción a los juegos en Internet, con sesiones de 75 minutos por semana, durante nueve semanas. Los terapeutas ayudaron a los adolescentes para que pueden reconocer su comportamiento, encontrar actividades alternativas, promover el autocontrol, reconocer sus emociones y expresarlas, y resolver conflictos con los demás.
La investigación se considera todavía preliminar hasta que se publique en una revista revisada por pares.