El martes 20 de febrero, los legisladores en la Cámara de Representantes de Florida declararon a la pornografía como una crisis de salud pública.
La resolución aprobada establece que "es necesario que haya más educación, investigación y cambios en las políticas para proteger a los residentes de Florida del porno", según informó Associated Press.
En enero, el representante republicano Ross Spano advirtió al Comité de Salud y Servicios Humanos de la Cámara de Representantes de Florida sobre los peligros del abuso de la pornografía, que tiene según él, una correlación con las enfermedades mentales y el comportamiento sexual peligroso.
"La investigación ha encontrado una correlación entre el uso de la pornografía y las enfermedades físicas y mentales, la dificultad para formar y mantener relaciones íntimas, el desarrollo cerebral no saludable y la función cognitiva, y el comportamiento sexual desviado, problemático o peligroso", dijo el representante.
El consumo de pornografía llega actualmente a niveles muy altos. En noviembre de 2017, Matt Walsh de Daily Wire observó que los estadounidenses están viendo pornografía a un nivel alarmante.
"Dedicamos más de 4,500 millones de horas a ver porno en un sitio en 2016. Sólo en Porn Hub, la humanidad pasó el doble de tiempo viendo pornografía en un año, que el que pasó existiendo en el planeta Tierra. 90 mil millones de vistas de video y 44,000 visitantes cada minuto de cada día. Todo suma más de 500 mil años de consumo de pornografía en el lapso de 12 meses. Desde 2015, los seres humanos han pasado un millón de años viendo pornografía", escribió Walsh.
Cambios en el cerebro
Pasar mucho tiempo mirando pornografía tendría consecuencias negativas para el cerebro: la intensa estimulación del centro de placer produciría la disminución de la actividad cerebral en una región donde se registran emociones de gratificación y motivación, según un estudio de 2014 del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano de Berlín, Alemania.
Para los autores del trabajo, realizado en hombres de entre 21 y 45 años, la Dra. Simone Kühn y su colega Jurgen Gallinat, de la Universidad Charité, en Berlín, los cambios en la plasticidad a nivel de las neuronas, podrían ser el resultado de la intensa estimulación del centro del placer.
Algunos estudios han relacionado también a los delitos sexuales con el abuso del porno. Una investigación del año 2000, liderada por Neil Malamuth, de la Universidad de California en Los Ángeles, analizó los diversos argumentos y datos presentados por otros estudios que sostenían la inexistencia de conexiones confiables entre la pornografía y el comportamiento sexual agresivo.
Ese estudio, publicado en Annual Review of Sex Research concluyó que existen asociaciones confiables entre el uso frecuente de la pornografía y las conductas sexualmente agresivas, particularmente para la pornografía violenta y/o para hombres con alto riesgo de agresión sexual, es decir, los que son relativamente agresivos o violentos. En ellos, las reacciones e interpretaciones frente a la pornografía son diferentes.
¿Produce una adicción?
El alto consumo de pornografía puede alterar la estructura y el funcionamiento del cerebro generando una adicción o un comportamiento adictivo. Visionar demasiadas relaciones sexuales conduce a la liberación excesiva de una sustancia llamada dopamina, el neurotransmisor cerebral implicado en las funciones motrices, las emociones y el placer.
Al parecer, la mente de un adicto a la pornografía vive en una constante necesidad de estar bajo estimulaciones intensas. Es por eso que la reacción en el cerebro de un aficionado al contenido sexual explícito pueda ser comparada con el de un alcohólico o un drogadicto. Eso surgió de un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en Inglaterra y publicado en PloS One, donde se halló que el núcleo estriado –de vital importancia en el centro de recompensa del cerebro- se iluminaba del mismo modo entre los adictos a la pornografía que en los alcohólicos, frente a sus objetos de debilidad. Sin embargo, los científicos explicaron que se necesita más investigación para saber si la pornografía produce adicción.
El Dr. John Williams, Jefe de Neurociencia y Salud Mental del Wellcome Trust, en Inglaterra, y participante del estudio, dijo: "Los comportamientos compulsivos, que incluyen mirar porno en exceso, comer en exceso y apostar, son cada vez más comunes. Este estudio nos lleva un paso más allá para tratar de descubrir por qué continuamos repitiendo conductas que sabemos que son potencialmente dañinas para nosotros. Ya sea que estemos abordando la adicción al sexo, el abuso de sustancias o los trastornos de la alimentación, saber qué es lo mejor y cuándo intervenir para romper el ciclo, es un objetivo importante de la investigación".