Cáncer de mama ¿cuál es la importancia del ejercicio?

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común, se estima que solo en 2020 tuvieron lugar más de 2.2 millones de casos.

A pesar de su gran incidencia, los especialistas señalan que el pronóstico y las posibilidades de curación de esta enfermedad mejoran con la detección temprana y las terapias eficaces, basadas en cirugía, radioterapia y farmacoterapia. Otro factor importante, y en el que se han centrado distintas investigaciones en los últimos años, es el ejercicio. Aquí repasamos cuáles pueden ser sus beneficios.

Cáncer de mama ¿cuál es la importancia del ejercicio?
El ejercicio ayuda a reducir algunos efectos secundarios asociados al cáncer de mama y sus tratamientos. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • El cáncer de mama, una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control, es el tipo de cáncer más común.
  • Hacer ejercicio regularmente es muy importante para las personas con cáncer de mama, ya que ayuda a reducir algunos efectos secundarios asociados a la enfermedad o a sus tratamientos.
  • También permite mejorar el bienestar mental y la salud a largo plazo, previniendo o reduciendo la pérdida de tono muscular y estado físico general.

¿Qué es el cáncer de mama?

El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control. Suele originarse en los conductos (tubos que transportan la leche al pezón) o en los lobulillos (glándulas que producen leche).

El cáncer de mama puede diseminarse fuera de la mama a través de los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos, en estos casos se dice que ha hecho metástasis.

Existen distintos tipos de cáncer de mama, como la enfermedad de Paget, cáncer de mama medular, cáncer de mama mucinoso o cáncer de mama inflamatorio, sin embargo, los más comunes son:

  • Carcinoma ductal infiltrante: las células cancerosas se originan en los conductos y después salen de ellos y se multiplican en otros tejidos mamarios.
  • Carcinoma lobulillar infiltrante: las células cancerosas se originan en los lobulillos y después se diseminan de ellos y se multiplican en otros tejidos mamarios cercanos.

Incidencia del cáncer de mama

Durante el 2020 ocurrieron 19.292.789 nuevos casos de cáncer, según las estimaciones realizadas por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan), de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC). De ese total, 2.261.419, es decir, el 11.7%, corresponden al cáncer de mama, lo que lo posicionó como el cáncer más común. También se ubicó como el cáncer más común entre las mujeres.

Con respecto a la tasa de mortalidad, se encuentra en el quinto lugar, ya que del total muertes por cáncer (9.9958.133) el 6.9% (648.996) corresponden al cáncer de mama.

Si bien no existe una forma infalible de prevenir el cáncer de mama, los expertos aseguran que tomar ciertas medidas puede ser de ayuda para mejorar la calidad de vida de las personas con este tipo de cáncer:

  • Alcanzar un peso saludable y mantenerlo.
  • Evitar o limitar el consumo de alcohol. 
  • Evitar la exposición al humo de tabaco. 
  • Evitar el uso prolongado de hormonas.
  • Hacer ejercicio regularmente.

Importancia del ejercicio para el cáncer de mama

Distintas investigaciones se han concentrado en analizar el impacto del ejercicio sobre el cáncer de mama.

Por ejemplo, un trabajo publicado en 2021 en Journal of the National Cancer Institute, recopiló información sobre los niveles de actividad física de mujeres con cáncer de mama de alto riesgo (cáncer que probablemente recurra o se propague) en múltiples momentos: poco antes de su diagnóstico, durante la quimioterapia y después de completar el tratamiento.

Los autores concluyeron que las mujeres que realizaban actividad física regular antes del diagnóstico de cáncer y después del tratamiento tenían menos probabilidades de que el cáncer regresara o de morir, en comparación con las personas que no hacían actividad física.

Un estudio, publicado en 2018 en Breast Cancer Research, halló que un programa combinado de ejercicios aeróbicos y de resistencia de 16 semanas diseñado para abordar el síndrome metabólico en sobrevivientes de cáncer de mama obesas o con sobrepeso de diversas etnias, mejoró significativamente la calidad de vida y la condición física.

Otro trabajo, publicado en 2021 en European Journal of Cancer Care, llegó a la conclusión, tras analizar 11 estudios, que el ejercicio terapéutico acuático que utiliza una combinación de ejercicios de resistencia, fuerza, movilidad, estiramiento y respiración dieron como resultado mejoras en los efectos secundarios comunes del cáncer de mama y sus tratamientos.

Específicamente, los autores registraron mejoras en el dolor, movilidad del hombro, linfedema, aptitud cardiorrespiratoria, fuerza muscular, composición corporal, función pulmonar, fatiga relacionada con el cáncer y calidad de vida.

Como estas investigaciones, existen muchas otras que, a grandes rasgos, coinciden con que la actividad física regular puede ayudar a mantener o mejorar la salud durante y después del tratamiento del cáncer de mama de diferentes maneras:

  • Ayuda a evitar o reducir algunos efectos secundarios del tratamiento del cáncer, como fatiga, aumento de peso, osteoporosis y linfedema.
  • Ayuda al bienestar mental al reducir la ansiedad, estrés, depresión y mejorar el estado de ánimo.
  • Mejora la salud a largo plazo, reduciendo el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, y puede reducir el riesgo de que el cáncer regrese.
  • Previene o reduce la pérdida de tono muscular y estado físico general que puede ocurrir durante y después del tratamiento contra el cáncer de mama.

No existe una cantidad universal de ejercicio necesaria para obtener estos beneficios. Las personas que han tenido un diagnóstico de cáncer de mama deben realizar la misma cantidad de actividad física que la población general, aunque se recomienda que antes se consulte a un médico para saber qué tipo de actividad física es la mejor para cada caso.

Si bien las pautas generales indican que los adultos deben realizar cada semana al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada, como caminar a paso ligero, o 75 minutos de actividad vigorosa, como correr, cualquier cantidad de actividad es mejor que nada.

Lo mejor (especialmente si hace mucho que no se realiza ejercicio) es comenzar lentamente con una actividad que, preferentemente, se disfrute. Eventualmente se puede aumentar la cantidad e intensidad.

Existen muchas maneras de incluir el ejercicio en tu rutina diaria, sin la necesidad de asistir a un gimnasio, por ejemplo:

  • Realizar tareas domésticas energéticas o jardinería.
  • Estacionar el automóvil un poco más lejos de las tiendas o el trabajo y caminar el resto del trayecto.
  • Bajar del autobús una o dos parada antes de lo necesario.
  • Usar las escaleras en lugar de hablar con el ascensor
  • Sentarse menos y pararse más, por ejemplo, caminar mientras hablas por teléfono.

Recuerda

En los últimos años se realizaron importantes avances en el tratamiento del cáncer de mama. Gran parte de este éxito se debe a la combinación de la detección precoz y el tratamiento correspondiente. Para ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama o detectarlo en etapas tempranas debes:

  • Consultar a tu médico sobre los análisis para detección del cáncer de mama.
  • Familiarizarte con tus pechos durante un autoexamen para tomar conciencia sobre las mamas.
  • No beber alcohol o hacerlo con moderación.
  • En caso de hacerlo, limitar la terapia con hormonas posmenopausia.
  • Mantener un peso saludable.
  • Mantener una alimentación saludable, rica en frutas, vegetales, cereales y legumbres.

Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Clínica Mayo, Observatorio Global del Cáncer (Globocan), Organización Mundial de la Salud (OMS), Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer.

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