Los hallazgos publicado en línea en Molecular Nutrition and Food Research, refieren que la epigalocatequina-3-galato (EGCG), un compuesto que se encuentra en el té verde, desencadena un proceso en las mitocondrias que conduce a la muerte celular, sin dañar las células normales.
"La EGCG está haciendo algo para dañar la mitocondria y ese daño mitocondrial establece un ciclo que causa más daño, hasta que la célula sufre la muerte celular programada", señaló el Dr. Joshua Lambert, uno de los autores del estudio, en información difundida por la institución académica.
La EGCG no causó esta reacción en las células normales y de hecho, parecía aumentar las capacidades de protección de la célula, según los investigadores.
Para entender cómo la EGCG afectaba las células cancerosas, los científicos realizaron un ensayo clínico con células orales humanas normales y células cancerosas orales. Las células normales y cancerosas se colocaron en cajas de petri y luego fueron expuestas en concentraciones que se encuentran típicamente en la saliva después de masticar chicle o goma de mascar de té verde al EGCG. En las muestra se pudo observar el efecto del estrés oxidativo y los signos de respuesta antioxidante.
Se descubrió que una proteína llamada sirtuinas 3 (SIRT3) fue fundamental para el proceso, por lo que la EGCG podría afectar de forma selectiva la actividad de las sirtuinas 3 en las células del cáncer -para apagarlo- y en las células normales -para encenderlo-, lo que sería aplicable a varios tipos de cáncer.
El siguiente paso sería estudiar el mecanismo en ensayos con humanos.
El poderoso té verde
El té verde se hace de las hojas secas de la camellia sinensis, un arbusto de hoja perenne con una larga historia de uso, aproximadamente 5,000 años en China. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos refiere que el té verde tiene varios usos, entre ellos, mejorar la agilidad mental y el pensamiento.
También se emplea para perder peso y para el tratamiento de trastornos estomacales, vómitos, diarrea, dolores de cabeza, la pérdida de masa ósea (osteoporosis) y para los cánceres de tumores sólidos. Algunas personas aplican bolsas de té a la piel para aliviar las quemaduras por el sol y prevenir el cáncer a la piel debido a la exposición solar, también se usan para disminuir la hinchazón debajo de los ojos, como una compresa para los ojos cansados o para el dolor de cabeza y para parar el sangrado después de una extracción de diente.
Los polifenoles, unas sustancias químicas presentes en el té verde serían las responsables de muchos de los beneficios. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., entre sus muchas actividades biológicas, los polifenoles predominantes en el té verde (EGCG, EGC, ECG y EC) tienen propiedades antioxidantes . Estas sustancias químicas, en especial la EGCG y la ECG, tienen una considerable actividad captadora de radicales libres, y pueden proteger a las células de sufrir daños en el ADN causados por las especies reactivas al oxígeno. Otros estudios de laboratorio y en estudios con animales han mostrado que los polifenoles del té también inhiben la proliferación celular en los tumores y causan apoptosis.
Si bien muchos de los potenciales efectos beneficiosos del té se han atribuido a la poderosa actividad antioxidante de los polifenoles, aún no se ha determinado cuál es el mecanismo preciso por el cual el té podría ayudar a prevenir el cáncer.
Datos y cifras sobre el cáncer
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial; en 2012 se le atribuyeron 8.2 millones de muertes y los que causan mayor número anual de muertes son los de pulmón, hígado, estómago, colon y mama.
Aproximadamente un 30% de las muertes por cáncer se deben a cinco factores de riesgo vinculados a conductas y a la alimentación (índice de masa corporal elevado, consumo insuficiente de frutas y verduras, falta de actividad física y consumo de tabaco y alcohol) y, por lo tanto, pueden prevenirse.
Las infecciones que pueden provocar cáncer, como las causadas por los virus de las hepatitis B y C y el del papiloma humano, son responsables del 20% de las muertes por cáncer en los países de ingresos bajos y medianos y del 7% en los países de ingresos altos.
El tabaquismo es el factor de riesgo que por sí solo provoca un mayor número de casos y a nivel mundial causa aproximadamente un 22% de las muertes por cáncer y un 71% de las muertes por cáncer de pulmón.
El 70% de todas las muertes por cáncer registradas en 2012 se produjeron en África, Asia, América Central y Sudamérica. Se prevé que los casos anuales de cáncer aumentarán de 14 millones en 2012 a 22 en las próximas dos décadas.
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