El melanoma es el tipo más mortal de cáncer de piel y puede desarrollarse en cualquier parte de la piel, pero es más propenso a comenzar en el tronco (pecho y espalda) de los hombres y en las piernas de las mujeres. El cuello y el rostro son otros sitios comunes.
También puede formarse en otras partes del cuerpo como los ojos, la boca, los genitales y el área anal, pero es mucho menos común que el melanoma de piel, informa la American Cancer Society.
El cáncer de piel es el más común entre todos los tipos de cáncer. Y el melanoma conforma menos del 2% de los casos, pero es la causa de la gran mayoría de muertes por este tipo de cáncer.
Las tasas de melanoma han estado aumentando en los últimos 30 años en Estados Unidos, donde se estima que en 2015 habrá aproximadamente 73,870 nuevos casos (alrededor de 42,670 en hombres y 31,200 en mujeres) y alrededor de 9,940 personas (6,640 hombres y 3,300 mujeres) morirán a causa de esta enfermedad.
En las personas de menos de 45 años de edad, los índices de incidencia son más altos en las mujeres que en los hombres. A partir de los 60 años de edad, los índices en los hombres superan en más del doble a los de las mujeres; y a partir de los 80 años de edad, los hombres tienen una probabilidad casi tres veces mayor de presentar melanoma.
La frecuencia del melanoma es más de 20 veces mayor en los blancos que en los afroamericanos. En general, el riesgo de padecer melanoma en el transcurso de la vida es de aproximadamente 2.4% para los blancos, 0.1% para los afroamericanos y 0.5% para los hispanos.
Factores de riesgo y tratamiento
El riesgo de padecer melanoma aumenta a medida que las personas envejecen. La edad promedio de diagnóstico es de 62 años. Pero el melanoma no es poco común incluso entre las personas menores de 30 años. De hecho, es uno de los cánceres más comunes en los adultos jóvenes (especialmente en mujeres jóvenes).
Otros factores de riesgo del melanoma son tener piel clara que se quema con facilidad, una alta exposición a la luz solar natural o artificial durante toda la vida, antecedentes de quemaduras de sol con ampollas, tener muchos lunares comunes, contar con antecedentes personales o familiares de melanoma, y ser de raza blanca.
El tratamiento médico del melanoma depende del estadío y de si se ha extendido o no a otras partes del cuerpo. Por lo general, las opciones son: cirugía, inmunoterapia, terapia dirigida, quimioterapia y radioterapia.
A menudo, los melanomas en etapas iniciales se pueden tratar eficazmente sólo con cirugía, aunque los cánceres más avanzados frecuentemente requieren de otros tratamientos.
Pronóstico de supervivencia
Las tasas de supervivencia del melanoma dependen en gran medida del estadío o etapa y si se ha extendido o no a otras partes del cuerpo (metástasis).
El melanoma se disemina casi siempre en el cerebro, el hígado, los huesos, la piel o los músculos y los pulmones.
Otros factores que influyen:
- La edad: las personas mayores tienen generalmente una supervivencia menor, y la más baja comienza a los 70 años.
- El grosor del tumor y el lugar donde está en el cuerpo.
- La rapidez con que las células cancerosas se multiplican.
- Si el tumor sangró o se ulceró.
- Cuánto cáncer hay en los ganglios linfáticos.
- La cantidad de lugares del cuerpo hasta donde se diseminó el cáncer.
- La concentración de lactato-deshidrogenasa (LDH) en la sangre.
- Si el cáncer presenta ciertas mutaciones (cambios) en un gen que se llama BRAF.
- El estado general de salud del paciente.
Además, algunos estudios han descubierto que el melanoma tiende a ser más grave si ocurre en la planta del pie o la palma de la mano, o si está en el área de las uñas.
Y las personas con melanoma que tienen sistemas inmunológicos debilitados, como las que han tenido trasplantes de órganos o que están infectadas con VIH también tienen un mayor riesgo de morir de melanoma, según informa el Instituto Nacional del Cáncer.