La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad cuya causa puede tener varios orígenes y que se caracteriza por la inflamación que afecta las diversas articulaciones del cuerpo.
La detección oportuna de la artritis reumatoide permite retrasar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Qué opciones de tratamiento existen?
Muchas personas seguramente toman antiinflamatorios y analgésicos para ayudar a disminuir el dolor que la enfermedad causa.
La terapia ocupacional y el ejercicio es parte del tratamiento que ayuda a mantener la movilidad y la fuerza en las articulaciones afectadas.
Sin embargo, los agentes biológicos son la parte del tratamiento más importante ya que retrasan e incluso previenen el avance de la enfermedad evitando así el daño a las articulaciones.
¿Cómo funcionan los agentes biológicos?
El cuerpo produce auto-anticuerpos, los cuales son los que causan la inflamación de las articulaciones.
Los antiinflamatorios comunes lo que hacen es disminuir la inflamación que se produce después de que estos agentes ya dañaron las articulaciones, de esta manera disminuye el dolor pero no se previene el daño como tal.
Por otro lado los agentes biológicos están enfocados a prevenir la inflamación ya sea evitando que los agentes ataquen, bloqueando que estos auto-anticuerpos ataquen o bien disminuyendo el daño que puedan llegar a causar; esto no sólo disminuye el dolor y la inflamación de las articulaciones, sino que, a largo plazo, evita el desgaste de las articulaciones.
Uso combinado de medicamentos
Como cualquier otro medicamento, es importante que el uso de estos agentes biológicos esté recomendado y vigilado por un médico, ya que es indispensable asegurar su correcto funcionamiento.
Si apenas estás iniciando tu tratamiento lo más probable es que inicies con una combinación de analgésicos, anti-inflamatorios y agentes biológicos (dependiendo de tus síntomas y resultados de exámenes de laboratorio).
Estos medicamentos pueden irse modificando de acuerdo al éxito que hayan tenido y a la presencia de síntomas que tengas por lo que se recomienda tener una consulta de seguimiento por lo menos cada 3 meses.
Recuerda que es importante platiques con tu médico sobre las posibles dudas que puedas tener especialmente si no has notado alguna mejoría al respecto.