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Los que creen en la suerte tienen peor salud

Creer de manera muy intensa en la suerte, en la fe o en el destino puede tener sus riesgos: quienes tienen este tipo de creencias suelen llevar un estilo de vida poco saludable, en comparación con los no creyentes, según lo hallado por investigadores australianos.

"Esta investigación muestra un vínculo directo entre la personalidad y el estado de salud que debería ser tomado en cuenta en la lucha contra la obesidad", comenta la Dra. Deborah Cobb-Clark, del Melbourne Institute of Applied Economic and Social Research, en Australia, y directora del estudio.

Los que creen en la suerte tienen peor salud
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

Para la investigación, los científicos aplicaron cuestionarios a 7,000 participantes sobre su estilo de vida, su alimentación y sus creencias.

Al final, la Dra. Cobb-Clark y su equipo encontraron que quienes creían que su vida estaba gobernada por fuerzas superiores eran más propensos a la obesidad: llevaban una peor alimentación y hacían menos ejercicio, además, eran más propensos a fumar o beber; asimismo, estos participantes hacían menos esfuerzos para cambiar su estilo de vida.

Pero todo lo contrario sucedía para aquellos que creían ser los autores de su propia historia: quienes no creían en el destino y consideraban que ellos mismos construían su futuro tendían a llevar una dieta más saludable, a hacer ejercicio y evitar las sustancias como el tabaco y el alcohol.

Otro hallazgo importante en el estudio fue que los hombres y las mujeres tienen una percepción diferente de las cosas que son "buenas para la salud".

Los hombres se sentían más atraídos por aquellas cosas saludables que pudieran ofrecerles beneficios físicos (más fuerza, más resistencia), por el contrario, las mujeres reportaban disfrutar más del simple hecho de llevar un estilo de vida saludable.

Para la Dra. Cobb-Clark, estos resultados son muy relevantes, pues "Al comprender cómo influyen el género y la personalidad en el estilo de vida, podremos comprender mejor las causas de la pandemia de obesidad, y atacarla mejor".

Hasta ahora, las estrategias para atacar la obesidad se han centrado en la información: ofrecer datos y consejos que permitan a la gente modificar sus hábitos y tomar mejores decisiones de salud, explica la especialista.

"Pero la información no es suficiente, si no tomamos en cuenta la personalidad y otros factores que influyen en los hábitos de la gente", destaca la investigadora.

La Dra. Cobb-Clark esperaría que estos hallazgos ayuden a crear diversas estrategias anti-obesidad que se adapten al perfil psicológico y genérico de cada tipo de persona.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que, en Estados Unidos, la obesidad afecta a más del 35 por ciento de la población adulta; además, esta condición se relaciona con un mayor riesgo de diversas enfermedades, como colesterol alto, hipertensión, infarto y ataque cerebral, además de ciertos tipos de cáncer.

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