Mucho se habla de lo malo que puede resultar incluir papas fritas en el menú incluso algunos estudios sugieren que comerlas aumenta el riesgo de muerte. Un experto de la Universidad de Harvard salió en defensa del popular alimento e hizo un análisis sobre sus daños a la salud. Tal no son tan peligrosas como nos han hecho ver.
Hace un par de meses The New York Times publicó un artículo sobre los terribles efectos de las papas fritas en la salud y se basaban en los hallazgos de una investigación que se dio a conocer en el American Journal of Clinical Nutrition. Entre otros asuntos, hablaban de que estas papas tienen un índice glicémico alto, vinculado con un riesgo alto de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares y que quienes las habían comido dos o tres veces a la semana tenían mayores riesgos de mortalidad, en comparación con los que las comían sin freír.
El artículo llamó la atención del médico Robert H. Shmerling, quien es profesor en la Universidad de Harvard y uno de los editores de sus publicaciones sobre salud. El especialista se planteó varias inquietudes luego de leerlo: ¿Qué tan malas son? ¿Podrían las papas fritas realmente matarte? ¿Todos esos efectos son causa de las papas, realmente? Entonces publicó en su blog un análisis titulado “En defensa de las papas fritas”.
Dice Shmerling que los autores argumentaron que las papas fritas podrían aumentar el riesgo de muerte porque tienen mucha grasa y sal que, a su vez, podría incrementar las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares y que los grandes consumidores de papas fritas también pueden ser grandes consumidores de otros alimentos altos en grasa y sal, bebidas endulzadas y carnes rojas. Pero en su opinión, estos hallazgos no significan que hay que decirle adiós para siempre.
El secreto está en la cantidad
Sabemos que las papas fritas son ricas en grasas y carbohidratos, y al ser crujientes y saladas estimulan las áreas del cerebro relacionadas con el placer y la adicción. Pero hay maneras de llevarlas.
Explica el médico de Harvard que las evidencias no prueban que las tasas más elevadas de muerte entre quienes más las comieron en realidad se debieran a dicha ingesta. El mayor riesgo de muerte se observó entre los que comían papas fritas más de dos veces por semana y, en su opinión, “comerlas una vez a la semana o menos probablemente tendría un efecto insignificante en la salud”.
Para Shmerling el tamaño de la porción es muy importante. Una porción regular contiene de 10 a 15 papas individuales y entre 130 y 150 calorías. “¡La mayoría de los establecimientos de comida rápida sirven de tres a cuatro veces esa cantidad! Quédate con una porción, o comparte las que sirve el restaurante con un par de compañeros”.
También sugiere comer "papas fritas al horno", las cuales se pueden hacer en casa y requieren mucho menos aceite que las fritas. Puedes usar de oliva o de canola y serán más saludables aún, aunque el sabor no sea el habitual.
El experto afirma que no se debe exagerar el peligro. “Si pensamos en ellos como un placer ocasional y entendemos cómo es una porción de papas fritas, no hay razón para eliminarlas de tu dieta. Y van muy bien con una ensalada”.
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