Actualmente los alimentos ultraprocesados acompañan las mesas de muchas personas, pero ocultan grandes peligros. Según un nuevo estudio serían capaces de aumentar el riesgo de muerte.
El aumento de la obesidad y las tasas de diabetes son motivos por los que muchas organizaciones decidieron analizar y controlar el comportamiento alimenticio de las personas.
Al problema que significan los azúcares o las grasas, se suma una preparación industrial de la comida: los alimentos ultraprocesados.
Aunque parezcan similares, no son lo mismo que los procesados. Estos últimos son intervenidos mediante azúcares, sales, grasas o aceites.
En el caso de los ultraprocesados se lleva a cabo una elaboración industrial a partir de saborizantes, aditivos y colorantes. Algunos ejemplos son los dulces, la comida envasada o los refrescos.
La popularidad de estos productos llevó a que un un grupo de científicos del Centro de Investigación en Epidemiología y Estadística, en Sorbonne, Paris, examine la relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la longevidad.
Sus hallazgos fueron publicados en JAMA Internal Medicine.
Un contenido oculto
De acuerdo con los autores del estudio, se han vinculado los productos ultraprocesados con una variedad de problemas como:
- Obesidad.
- Hipertensión.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Mala calidad de sueño.
- Hígado graso.
- Cáncer.
Esto se debería a que poseen altos concentraciones de grasa, azúcar y sal, frente a una escasa cantidad de fibra. Esto dificultaría su procesamientos y absorción por parte del organismo, causando problemas para la salud.
Además, estos productos suelen ser baratos para producir y accesibles para consumir, por lo que dominarían el suministro de alimentos de muchos países.
Aunque los científicos habían vinculado previamente los alimentos ultraprocesados a muchas condiciones de salud, hasta ahora, ninguno había examinado su impacto en la mortalidad.
Cómo afecta la mortalidad
Para su trabajo los científicos se valieron de datos del estudio francés NutriNet-Santé. Evaluaron a más de 44,500 personas de 45 años o más, durante más de 7 años.
Cada voluntario completó un formulario sobre su consumo de alimentos, y compartió información sobre su estilo de vida, peso, altura, niveles de actividad física y estado socioeconómico.
Los especialistas encontraron que un consumo más alto de alimentos ultraprocesados se asociaba con:
- Ser joven.
- Tener ingresos bajos.
- Tener un nivel de educación bajo.
- Vivir solo.
- Hacer poco ejercicio.
- Tener un alto índice de masa corporal (IMC).
Luego de evaluar los resultados, los autores encontraron que un aumento del 10% en la cantidad de alimentos ultraprocesados consumidos, equivalía a un aumento del 14% en el riesgo de mortalidad.
"Los hallazgos de este estudio sugieren por primera vez que una mayor proporción de alimentos ultraprocesados en la dieta se asocia con un mayor riesgo de mortalidad general", afirmaron los especialistas.
¿A qué se debe el riesgo?
Los autores coincidieron en que el impacto negativo de estos productos en la longevidad se debería a su gran contenido de aditivos y condimentos artificales, entre ellos los emulsionantes, una sustancia que facilita la mezcla de ingredientes.
Además, las reacciones químicas de estos productos durante la cocción puede tener efectos perjudiciales, cómo por ejemplo producir un compuesto con riesgo de ser cancerígeno, llamado acrilamida.
Por otro lado, los autores notaron algunas deficiencias en el estudio, como que los participantes tienden a ser más conscientes de la salud que la población en general, o que, a la inversa de lo supuesto, una enfermedad crónica podría ser la causa del cambio en los hábitos alimenticios.
A pesar de que se necesitan más investigaciones para esclarecer esta situación, los investigadores aseguraron que este es el estudio más grande de su tipo.
También sostienen que a medida que crece la presencia y popularidad de los alimentos ultraprocesados, este tipo de investigaciones resultan muy necesarias.
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