Los innovadores fueron los dueños de la heladería The Icecreamists, en el barrio londinense de Wetminster. El helado de leche materna, llamado “Baby Gaga”, parodiando el nombre de la popular cantante Lady Gaga, tuvo un éxito espectacular en sus primeros días de venta, apenas una semana antes. Pero también tuvo sus detractores.
Por eso, autoridades sanitarias municipales decidieron suspender la venta ante dos quejas de consumidores, quienes dijeron que la original crema helada iba contra las reglas de la buena salud púbica: cuestionaron que se hiciera helado en base a un fluido del organismo como es la leche materna. De más está decir que no se pueden reproducir los otros fluidos corporales que estos consumidores enojados nombraron en su queja…
Puntos clave
La agencia que regula los productos alimenticios en Gran Bretaña decidió analizar muestras de estos helados ya que, se sabe, la leche materna es excelente para el bebé… y para el que compre helado, pero también puede ser vía de contagio de enfermedades como la hepatitis, el VIH y otros virus.
Por supuesto, los propietarios de la heladería reaccionaron inmediatamente. Matt O’Connor, uno de ellos, dijo que la leche materna utilizada para preparar el helado, donada por la londinense Victoria Hiley, había sido analizada con todos los procedimientos de bioseguridad como si se tratara de sangre, antes de combinarla con vainilla y ralladura de limón.
Además, O’Connor agregó que recordarles a los adultos el gusto de la leche materna era una forma de promover el amamantamiento. La misma Hiley, la donante de leche, es una promotora reconocida de la lactancia materna y ella misma ha iniciado en el arte de amamantar a decenas de madres primerizas.
Este helado, que los que se atrevieron a probarlo definen como “muy cremoso”, costaba 8 dólares.
No es la primera vez que la leche materna está en el centro de una controversia por convertirse en ingrediente gastronómico. Otra londinense, Abi Blake, se hizo famosa por utilizar su propia leche para hacer tortas, batidos y otros postres. Blake le explicó al diario “The Sun” su lógica: “¿Por qué tomar leche de vaca si yo misma tengo leche que es más saludable e higiénica”?
El chef suizo Hans Locher también incorporó recetas en base a la leche materna. Y hace un año, de este lado del océano, el chef Daniel Angerer, dueño del restaurante Klee Brasserie en Nueva York, comenzó a preparar queso con leche materna de su propia esposa.
Según declaró en aquel momento al diario “New York Post”, “sabe como queso de leche de vaca, tal vez algo más dulce, y el gusto varía de acuerdo a lo que coma la madre donadora”.
A favor: los que creen que es un producto más natural, rico en proteínas y saludable.
En contra: los que piensan que no hay controles sanitarios suficientes y que la leche materna puede contagiar enfermedades, como cualquier fluido humano.
En el medio: autoridades sanitarias que, aún desconcertadas por este boom de sabores "exóticos", deberán llenar un vacío legal, para realizar control de calidad sobre un producto que jamás habían pensado, la leche materna.