Existe una relación muy estrecha entre alergias y trastornos psicológicos de varios tipos. Hay personas que sufren de erupciones cutáneas en todo el cuerpo cuando tienen que presentar un examen, por ejemplo. Mientras que hay pacientes que tienen reacciones muy asociadas a los trastornos de pánico y agarofobia (miedo a los espacios abiertos y a la multitud).
Por lo general, las personas alérgicas tienen un comportamiento ansioso, con predominio de rasgos neuróticos, inestabilidad psicológica, hiperactividad e hipersensibilidad.
Podría decirse que muchas de las personas que sufren alergias tienen un trastorno que les impide expresar adecuadamente sus emociones y sufren de ansiedad ante la negativa de ver los problemas de la vida cotidiana en su justa dimensión. Hay momentos, incluso, que la persona ansiosa vive como una sensación difusa de angustia o miedo y deseo de huir que es inexplicable.
Por otro lado, las personas que sufren de rinitis a menudo tienen alteraciones en el patrón de sueño, la capacidad cognitiva y la productividad. Una persona con rinitis amanece cansada y esto frecuentemente se refleja en el estado de ánimo y el deseo sexual.
Rinitis y estrés
Los efectos de esta situación se vieron reflejados en un estudio que fue publicado en el Brazilian Journal of Otorhinolaryngology, en el que se encontró que las personas con rinitis pueden presentar ansiedad y depresión.
Este estudio, liderado por el Doctor Martin Bedolla-Barajas, evaluó los niveles de ansiedad y depresión en pacientes con rinitis (alérgica y no alérgica), con el fin de tener una mejor comprensión sobre si la rinitis puede llevar a desarrollar estas condiciones. La investigación incluyó 241 personas, 145 con rinitis (111 rinitis alérgica y 34 no alérgica) y 96 en el grupo control (personas sin rinitis).
Uno de los principales resultados que halló el grupo de investigadores, fue una mayor presencia de ansiedad y depresión en el grupo de personas con rinitis, cuando se comparó con el grupo de personas sanas.
Adicionalmente, el grupo de investigadores hizo un análisis más profundo de los resultados, para determinar si el componente alérgico era un factor importante para desarrollar ansiedad. Luego de comparar a las personas con rinitis alérgica versus las personas con rinitis no alérgica, se encontró que no había diferencias significativas. Esto sugiere que es la rinitis, sus síntomas, y no la alergia, lo que causa alteraciones psicológicas y puede llevar al desarrollo de esas enfermedades. Una posible explicación para este hallazgo, es que el proceso de inflamación libera ciertas sustancias al interior del cuerpo que podrían ser el origen de la ansiedad.
Empeoran síntomas de dermatitis
Otro hallazgo importante del estudio, como lo señaló el investigador principal, es que las mujeres con rinitis estuvieron más predispuestas a desarrollar ansiedad y depresión que los hombres.
Otra investigación determinó la relación entre dermatitis atópica y la ansiedad. Fernando Pulgar, dermatólogo del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y del Hospital de San Rafael (Madrid), señaló que la ansiedad y el estrés agravan la dermatitis atópica, ya que empeoran sensiblemente los síntomas cuando el enfermo atraviesa por una situación de mayor tensión.
Mientras que investigaciones del Instituto Karolinska (Suecia) y de la Universidad de Wroclaw (Polonia) revelaron que los síntomas de la dermatitis atópica se acentúan frecuentemente por la ansiedad y que hay relación entre el prurito o picor de los pacientes con el nivel de estrés que se padezca.
Los niños también lo sufren
Un estudio realizado por la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia y la Escuela de Medicina Albert Einstein en Estados Unidos descubrió la asociación entre la alergia a los alimentos y la ansiedad infantil.
El trabajo de investigación tomó una muestra de niños con bajos recursos económicos y con ellos se analizó la relación entre las alergias y la ansiedad o depresión. Los resultados, publicados en Journal of Pediatrics, mostraron que los pequeños con alergia a los alimentos tuvieron una mayor prevalencia de la ansiedad infantil. Por el contrario, no se asociaron con los síntomas de la depresión infantil o con síntomas de ansiedad o depresión entre sus cuidadores.
Los hallazgos sugieren que la alergia alimentaria está especialmente vinculada a la ansiedad social elevada y el miedo al rechazo social y la humillación. "Hay una serie de posibles explicaciones para la relación encontrada entre el diagnóstico alergia a los alimentos y el aumento de problemas de ansiedad social en esta muestra de pacientes pediátricos. La gestión de una condición potencialmente peligrosa para la vida puede provocar ansiedad, y algunos niños pueden experimentar un aumento de la ansiedad social acerca de ser diferente a otros niños en función de su edad y de la alergia alimentaria", señaló Renee Goodwin, autora y profesora del Departamento de Epidemiología de la Escuela Mailman de Salud Pública.