Alergia o intolerancia a la leche, ¿cuál es la diferencia?

La alergia a la leche y la intolerancia a la lactosa son dos afecciones diferentes.

La alergia a la leche o productos lácteos es una de las alergias alimentarias más comunes en niños y es una respuesta anormal del sistema inmunitario a este producto, que genera las típicas reacciones alérgicas.

Alergia o intolerancia a la leche, ¿cuál es la diferencia?
Es muy diferente una alergia a la leche que una intolerancia a las proteínas de la leche o a la intolerancia a la lactosa. | Foto: GETTY IMAGES

Esta alergia puede presentarse al consumir leche de vaca, o leches alternativas como de oveja, cabra, o de soja, entre otras. 

En caso de alergia, se debe evitar por completo el consumo de leche y productos lácteos, para prevenir reacciones alérgicas que pueden ser graves. 

La intolerancia a la lactosa se genera cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de una enzima que se llama lactasa, que es la que permite digerir el azúcar de la leche (lactosa). 

En caso de intolerancia a la lactosa, puede consumirse como alternativa productos llamados "deslactosados". 

Síntomas de alergia a la leche

Suelen aparecer de inmediato después de tomar leche y los principales incluyen:

  • Vómitos 
  • Ronchas 
  • Picazón e hinchazón alrededor de labios, lengua o garganta
  • Problemas digestivos
  • Sibilancias, tos o problemas para respirar. 

Otros síntomas que pueden aparecer son diarrea, dolor abdominal o cólico, secreciones nasales y ojos llorosos.

Los síntomas pueden ser leves o muy graves.

¿Por qué puede ser peligrosa esta reacción alérgica?

La alergia a la leche, al maní o a los frutos secos puede producir un estrechamiento de las vías aéreas y puede incluso bloquear la respiración (anafilaxia). Se trata de una emergencia médica que requiere tratamiento urgente.

Existe un análisis para confirmar la alergia a la leche. Aunque los síntomas sean leves es conveniente consultar con el médico y realizar la prueba, para confirmar si tu hijo es alérgico. 

Factores de riesgo de alergia a la leche

  • Tener otras alergias alimentarias.
  • Dermatitis atópica (inflamación crónica de la piel)
  • Antecedentes familiares de alergias alimentarias 
  • Rinitis alérgica (al polen, ácaros, etc.) 
  • Sufrir de asma, eccema o urticaria.
  • Edad. Suele ser más frecuente en niños y generalmente al crecer las reacciones alérgicas desaparecen.

Síntomas de la intolerancia a la lactosa

En la intolerancia a la leche, los síntomas incluyen: problemas digestivos como hinchazón estomacal, gases o diarrea que aparecen después que se consume leche u otros productos lácteos. 

Si tienes intolerancia a la leche, es conveniente excluir los lácteos de tu dieta, o consumir las versiones sin lactosa y, en forma gradual, ir aumentando porciones hasta tolerarlos. Si eres intolerante a la lactosa o quieres una dieta libre de lácteos, puedes hacer tu propio menú en  MiDieta

¿Evitar la leche?

Si tienes intolerancia a la lactosa, puedes consumir muchos productos sin esta sustancia que ahora hay disponibles en el mercado. 

Y si quieres ir aumentando tu tolerancia a esta enzima puedes ingerir pequeñas cantidades de leche o productos lácteos para ir creando la enzima lactasa en tu organismo y poder tolerarla.

Lo ideal es consultar con tu médico o nutricionista para elaborar un plan para ir incrementando la tolerancia a esta sustancia.

Tolerancia y leche materna

Recuerda que la leche materna es la mejor forma de alimentar a tu hijo en sus primeros 6 meses de vida o incluso puedes amamantar hasta un año. Introduce leche de vaca hasta que tu hijo tenga un año de edad.

Si tú o tu hijo tienen alergia a la leche restringe consumir la leche y otros productos lácteos (leche, yogur, helado, queso, mantequilla, entre otros). Siempre lee las etiquetas nutricionales y evita todos los productos que contengan leche, caseína, suero de leche, lactosa, lactato, entre otros.

En caso que tu bebé tenga alergia a la leche de vaca, consulta con su pediatra para una fórmula hipoalergénica y si aún lo estás amamantando suprime el consumo de leche y productos lácteos.

Consulta con tu médico o nutricionista para una alimentación equilibrada que contenga calcio, vitamina D y riboflavina.

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