Este es un tema que preocupa frecuentemente a los padres, quienes asisten a la consulta planteando el desacuerdo que tienen con sus hijos en lo referente al tiempo que pasan jugando y el reto que significa en muchas ocasiones ponerle límites a esta actividad.
Les inquieta el impacto en el rendimiento académico, el sedentarismo que lo acompaña, y la reducción del tiempo invertido en actividades deportivas o sociales de su hijo.
Aunque hay algunos videojuegos que incitan a hacer ejercicio.
Algunos niños, adolescentes e incluso adultos dedican mucho tiempo a estas actividades, lo que ocasiona problemas al descuidar otros aspectos en su vida.
Se convierten, algunos de ellos, en buenos jugadores de videojuegos y desarrollan habilidades para ese fin, pero otros aspectos importantes de la vida dejan de ser prioridad y no desarrollan otras habilidades que podrían necesitar.
Existe la impresión de que algunas características de estos juegos de video pueden generar una conducta compulsiva y de uso persistente.
Lo atractivo de los videojuegos
Debido a que son cada vez más realistas, absorben las capacidades de atención del usuario por el alto grado de interacción, ofrecen un sistema de recompensa bastante rápido y atractivo.
La posibilidad del anonimato y de interacción en el mundo virtual permite construir un alias con una identidad que suple sus deficiencias emocionales y cumple con sus expectativas de una manera casi inmediata.
Los usuarios con alguna vulnerabilidad o predisposición psicológica podrían desarrollar una conducta de uso compulsiva.
Cuando puede ser una adicción
Algunos expertos proponen criterios para conceptualizar la adicción a videojuegos como un nuevo trastorno mental. Los criterios propuestos son similares en algunos aspectos al resto de las adicciones, particularmente tiene mucho en común con la adicción a los juegos de azar.
En su última versión, The Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-V), lo describe de manera provisional y se indica que debe ser sometido a más investigaciones para contemplar la posibilidad de considerarlo como un nuevo trastorno.
En estos temas es fundamental alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades de juego del niño, que son muy importantes, y el impacto negativo del tiempo dedicado a los videojuegos en otros aspectos del desarrollo.
Si el niño o adolescente no puede autorregularse en el uso de los juegos de vídeo y se originan conflictos importantes en la casa por este motivo, te recomiendo pedir ayuda experta.