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Tanatología, dando sentido a la muerte

¿Cómo enfrentar la muerte?

No hay nada tan doloroso como la muerte de un ser querido. No es fácil imaginar que un día perderemos a aquellos a quienes amamos o que nosotros mismos somos quienes los habremos de dejar. La tanatología es una disciplina integral que ayuda a los pacientes en situación terminal y a sus familiares durante este proceso y en otro tipo de pérdidas. Conoce más de su función aquí.
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¿Qué es la tanatología?

El término fue acuñado por primera vez por el médico ruso Elías Metchnikoff en el año 1901 y proviene de las raíces griegas “thanatos” y “logos” que se pueden traducir como “estudio de la muerte”. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Tanatología, A.C. (AMTAC), es una disciplina científica cuya finalidad principal es curar el dolor de la muerte y el de la desesperanza.

¿Ya pensaste en tu muerte?

¿Estás preparado para morir o para perder a un ser querido? Seguramente la respuesta será un rotundo no. La muerte es un proceso natural que pone fin a la vida y que origina en el ser humano una serie de sentimientos tales como amargura, desesperanza, miedo, fragilidad, incertidumbre, vulnerabilidad, los cuales no estamos preparados para enfrentar y vivir con ellos.
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El sentido de vivir y morir

Tomar conciencia de que soy finito y que desde el día en que nací empecé a morir, que la muerte es un proceso natural de la vida, tan cotidiano como el nacimiento de un nuevo ser, eso es tanatología, “el arte que te da la conciencia de aprender a vivir, con la conciencia de que tienes tu tiempo limitado y que o lo vives ahorita o lo vives ahorita”, así lo define Corin Rodríguez Castillo, tanatóloga, en entrevista para HolaDoctor.
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Un hecho ineludible

La tanatología es poco conocida, porque nadie quiere hablar de la muerte. Nos burlamos de ella, se hacen chistes y canciones, pero realmente enfrentarnos al proceso es tabú por completo. Morir, todos vamos a morir, el tema es morir bien, es decir, “sé que me voy a morir, que puedo hacer aún ahorita que estoy vivo, caminando en algo que llamamos vida”, invitó a reflexionar Rodríguez Castillo.

El miedo a morir

Tenemos miedo porque nos han enseñado a tenerlo. “El miedo a la muerte viene por aprendizaje social. Los padres lo enseñan casi de una forma natural con las manera en cómo se comportan ante la pérdida de su ser amado y no diciendo que la muerte es un fenómeno natural y que todos algún día nos vamos morir. La mejor solución para quitar el miedo es amando intensamente la vida”, resaltó nuestra entrevistada.

Comenzar desde la niñez

Es importante iniciar desde la niñez antes de que el infante se enfrente a una situación de duelo por muerte. Explicar con un vocabulario adecuado a su edad lo que sucede para no crearle confusión y generarle miedos. No se debe impedir que asista al velorio o al funeral, o decir que la persona fallecida está dormida y que no despertará, que se fue a un largo viaje o que sólo se mueren las personas que se enferman.
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Concientizar y sensibilizar

El aprender a afrontar la muerte, es también aprender a asumir, en toda su dimensión, nuestra propia vida. ¿Qué hace el tanatólogo?, acompañar al doliente escuchándole, ayudándole a identificar sus sentimientos, brindándole la confianza que necesita, permitiéndole derramar sus lágrimas sin interrupción. Quienes se atreven a romper el silencio y abrir su corazón, se liberan, resaltó la especialista.

¿Cómo funciona?

La tanatología aborda el fenómeno de la muerte desde una perspectivas integral e involucra a especialistas de varias áreas médicas. Su finalidad es la de eliminar el miedo a la muerte, darle plenitud a la vida y edificar un lazo de confianza, seguridad y bienestar. Además, brinda los apoyos para propiciar los cuidados paliativos necesarios, considerando no sólo el dolor físico sino también el social, emocional y espiritual.

¿Por qué es importante?

Para el paciente en situación terminal es importante pues le ayuda a cerrar ciclos, y despedirse de la vida de una forma digna. Para los familiares que se quedan, también les ayuda con el proceso de duelo y prepararse para la ausencia del ser querido, toda vez que cada persona reacciona de forma diferente a la muerte y echa mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar con el dolor que ésta conlleva.
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¿Qué necesita el paciente?

Los pacientes en situación terminal necesitan un confort total que les permita sentirse cómodo física, emocional, social y espiritualmente, y que a su vez, se encuentre libre de preocupaciones, ayudarle a aliviar el dolor y la desesperanza que ocasiona la inminencia de la muerte, respetar sus deseos y permitirle morir en paz y tranquilidad en el ambiente que haya solicitado.

“No llores”, “échale ganas”

Una conducta reiterada en la que se incurre al tratar de auxiliar a un doliente, es impedirle comentar su pena, expresando: “no llores”, “todo está bien”, “echale ganas” “todo mejorará”. Corin Rodríguez señaló que hacerlo es de las primeras cosas que se deben evitar y hay que permitirse llorar, expresar lo que se siente, hablar de su tristeza y compartir el dolor.

Enfrentando el duelo

El duelo es el proceso que cada ser humano experimenta de diferentes formas e intensidades que varían según la edad, el sexo, el vínculo afectivo, la fortaleza emocional y espiritual y hasta la cultura a la que pertenecemos. La muerte del ser amado es una herida abierta. “Ninguna pérdida se supera, se aprende a vivir con ella, con la ausencia de un ser querido” y convivir con el dolor de la pérdida.
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Etapas del duelo

La Dra. Elizabeth Kubler Ross, pionera de la tanatología, describe cinco etapas del duelo: negación (esto no está sucediendo. No a mí), enojo o ira (¿Por qué está sucediendo? ¿Quién tiene la culpa?), negociación (haré un cambio en mi vida solo si eso significa que esto no me sucederá), depresión (ya no me importa) y aceptación (estoy en paz con lo que está sucediendo).

Otro tipo de pérdidas

Todas las personas que sufren de alguna tipo pérdida significativa pueden ser tratadas mediante la tanatología. Un divorcio, el rompimiento de una relación, el nido vacío, la salida de una escuela, el cambio de estatus social, la pérdida del empleo, o cualquier cosa importante para nosotros, pueden representar una oportunidad y servir de preparación para enfrentar pérdidas más grandes.
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