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Por vwolman@holadoctor.net
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Con un alarmante número de niños con problemas escolares, tomando medicación para la atención, con signos de trastornos psicológico, los psicólogos recomiendan a los padres dejar de lado su egoísmo y concentrarse en ellos. Lejos de la creencia que los padres deben ayudar a sus hijos a resolver sus problemas, niños y expertos dicen que un abrazo a tiempo puede hacer mucho más.
Un nuevo enfoque
La Dra. Shebali Tsabary, psicóloga y autora de "Padres conscientes", expone su propio enfoque de la paternidad como algo que demanda un lugar de conciencia, donde los niños ya no son receptores del legado psicológico y espiritual de los padres sino la base de su desarrollo. "Veo padres frustrados y agobiados porque han intentado todos los métodos y estrategias sin éxito", dijo.
Número alarmantes
"En Estados Unidos, uno de cada 5 niños muestra signos de desordenes psicológicos. Por otro lado, hay un aumento del 270% en el uso de medicamentos para problemas de atención en el mundo...también existe un estudio de UNICEF que asegura que los niños estadounidenses son los segundos más infelices del mundo...ellos nos nos están presentando un desafío...ya que están cediendo ante la presión", dijo en una conferencia.
Ellos nos dicen por dónde
En el programa televisivo conocido como "Oprah's Lifeclass", la Dra. Tsabary reunió la opinión de un grupo de niños de 11 a 17 años y muchos de ellos han manifestado que "cuando siento la presión, no necesito que mis padres me digan cómo resolver las cosas...a veces con un abrazo es suficiente", explica una de las niñas. "La mayor preocupación que expresan los padres es no lograr que sus hijos sean disciplinados", dice la experta.
La disciplina
"Lo primero que señalo es el uso del verbo disciplinar, que significa instruir o imponer algo....los padres se frustran porque no pueden controlar a sus hijos o no logran cambiar su comportamiento...queremos enseñar a nuestros hijos a portarse bien y ayudarles a que desarrollen la autodisciplina, pero adoptamos métodos que son justo lo contrario de enseñar y que se basan en la manipulación y el control", explica la experta.
La rebeldía
A nadie le gusta que lo manipulen, y los niños tampoco y entonces se rebelan a estos manejos de sus padres. "Crean un personaje falso que reacciona contra la energía controladora de sus padres en lugar de emitir una respuesta natural que emerja de su estado interno", asegura la experta que reside y trabaja en Nueva York.
Desarrollo propio
Disciplina viene de discípulo, persona que aprende, no se incluye el castigo en la definición. Una vida disciplinada y una acción disciplinaria son cosas opuestas. Lo primero tiene que ver con la auto-disciplina, el auto control y la conexión con nuestro ser. Lo otro, es algo impuesto por algo externo. "Los maestros más poderosos para los hijos somos los padres y somos el ejemplo de autodisciplina".
Trabajar en uno mismo
Los padres deben trabajar en sí mismos, en su propia madurez emocional, explica la experta. "Tengo que ser una persona auténtica, y sincera conmigo misma. De este modo, mi hijo aprende de mí cómo ser sincero consigo mismo y con los deseos más internos de su corazón...esto es diferente de los constantes deseos de disciplinarlos y controlarlos para que cumplan nuestros deseos", agrega.
Predicar con el ejemplo
¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de dar el ejemplo? "Los ejemplos de auto disciplina funcionan mejor que cualquier estrategia...se desprende de la manera en que hacemos las cosas, el ejercicio, lo que comemos, los límites...no se trata de buscar un médico que nos de la clave sino llevar una vida clara, equilibrada, con intención y propósitos", asegura la experta.
Nuestras cuestiones emocionales
Para los especialistas, el ser buenos padres comienza en superar nuestro egoísmo y ser capaces de mirar en nuestro interior. "Ya sean traumas de la infancia o cuestiones no resueltas, son justamente los niños los que no desafian y convocan a resolver nuestras propias cuestiones...lo que pase con nuestros hijos comienza en nosotros y cómo somos como padres..La clave está en la relación que somos capaces de establecer con nuestros hijos", dijo.
Podemos lastimar
Les exigimos a nuestros hijos ser los mejores en todo, ser exitosos y los comparamos con los demás y ahí les hacemos mucho daño. "Todos amamos a nuestros hijos, no los lastimamos porque somos malos, sino porque nosotros nos herimos a nosotros mismos, y no somos consciente de ello. Ellos nos desafían, saben que botón presionar, y perdemos nuestro eje y nos hacen estallar", dice la experta.
Si nos sacan
Cuando perdemos la cordura con nuestros hijos, es probable que se deba a que han tocado una herida dentro de nosotros, dice Tsabary quien hace mucho hincapié en que los padres trabajen sus propias cuestiones y que son esas cosas las que nos hacen ver a nuestros hijos como demonios y monstruos y nos hacen sentir débiles y fuera de control.
Ser padres concientes
Ser un padre conciente es poder crear las condiciones para que nuestros hijos se desarrollen, como seres independientes no como algo de nuestra propiedad. Tenemos que dejarlos desarrollarse, dejar que ellos nos enseñen cómo podemos crecer y elevarnos a un mejor estado de conciencia. "Necesitamos cambiar y verlos como quienes nos van a enseñar, confiar en ellos y saber que son ellos los que nos van a guiar el camino", agregó.
Cómo motivarlos
Los expertos coinciden en que para motivar a los niños es necesario que sus padres confíen en que pueden hacer las cosas por sí mismos, que se sientan capaces de resolver sus problemas. Es nuestra responsabilidad darles ese espacio, dejarlos hablar y expresarse y muchas veces como ellos mismos dicen, con un abrazo alcanza.