Muchas personas consideran que es una buena idea combinar cafeína con alcohol, o consumir una de estas sustancias para contrarrestar los efectos de la otra. Sin embargo, los expertos advierten que este no solo es un hábito ineficaz, sino también peligroso para la salud. Conoce aquí por qué y qué precauciones debes tomar.
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Qué son las bebidas alcohólicas
En primer lugar, debemos entender qué son las bebidas alcohólicas y qué es la cafeína. Una bebida alcohólica es toda aquella que en su composición se presenta etanol, también conocido como alcohol etílico. Este puede encontrarse de forma natural o adquirida, lo importante es que sea igual o superior al 1% del volumen de la bebida.
El consumo recomendado de bebidas alcohólicas es hasta 2 tragos diarios para los hombres y 1 para las mujeres. Un trago equivale aproximadamente a un vaso de cerveza, una copa de vino o una medida de bebida destilada.
Cuando bebemos alcohol, este pasa inmediatamente a la sangre, donde es transportado hacia el hígado para ser metabolizado por unas células llamadas hepatocitos. Durante este proceso el alcohol se "oxida" y transforma en una sustancia llamada acetaldehído, principal responsable de los efectos nocivos del alcohol, como la resaca alcohólica.
La cafeína es una sustancia amarga, estimulante del sistema nervioso central. Es conocida por ser uno de los principales compuestos del café, aunque también se encuentra en tés, bebidas energizantes y refrescos.
Se cree que la cafeína no provoca problemas serios para la salud cuando se consume con moderación. Los profesionales consideran entre 200 y 300 mg diarios (de dos a tres tazas de café) una cantidad moderada de cafeína para un adulto. Sin embargo, cuando se consume en exceso o junto con alcohol (por ejemplo, al mezclar vodka con bebidas energizantes), puede provocar distintos problemas:
Dificultades para dormir
Tras unas horas de ser ingerido, el alcohol puede elevar los niveles de epinefrina, una hormona que aumenta la frecuencia cardíaca, por lo que puede dificultar conciliar el sueño. El riesgo de insomnio es mayor si a esto se le suma el consumo de cafeína, ya que estimula el sistema nervioso central, brindado impulsos de energía, aumentando el estado de alerta y provocando alteraciones en el sueño.
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Problemas cardiovasculares
Las alteraciones en la frecuencia cardíaca que produce el consumo de bebidas alcohólicas junto a los efectos estimulantes de la cafeína pueden representar un severo riesgo para la salud de las personas que viven con afecciones cardíacas. Su consumo también puede intervenir en procesos hormonales, favoreciendo el incremento de los niveles de presión arterial.
Daño gastrointestinal
El alcohol y la cafeína tienen efectos diuréticos, esto significa que eliminan la sal y agua del organismo a través de la orina. Sin embargo, cuando se los bebe en exceso, o combinados, puede existir el riesgo de sufrir deshidratación. También puede existir un mayor riesgo de inflamación e irritación intestinal, así como malestar estomacal o diarrea.
Mayor ansiedad y depresión
Por sus efectos estimulantes, puede parecer que las bebidas alcohólicas con cafeína ofrecen un golpe de energía, pero lo cierto es que en conjunto tienen el potencial de hacer que ambas parezcan más apetecibles. Esto desemboca en una ingesta mayor de alcohol y cafeína, y con ello aumenta los problemas de sueño y el nerviosismo, y, por consiguiente, los síntomas de ansiedad y depresión.
La cafeína tiene la capacidad de enmascarar los efectos depresivos del alcohol, haciendo que sea más sencillo beber otro trago. Esto puede llevar a que se consuma más alcohol del que se acostumbra, lo que eleva el riesgo de reducir las inhibiciones y aumentar las conductas peligrosas, como conducir ebrio, sufrir caídas o involucrarse en peleas.
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¿Ayuda el café a eliminar el alcohol?
Durante muchos años se creyó que consumir café o cualquier otra bebida con cafeína era útil para aliviar la resaca, sin embargo, esto no es cierto. El hígado descompone el alcohol a través de enzimas y nuestro cuerpo solo puede metabolizar una cierta cantidad cada hora. Esta cantidad varía de persona a persona y depende de ciertos factores, como el tamaño del hígado o la masa corporal.
Por ello, beber cafeína no modificará los niveles de alcohol en sangre. En cambio, se recomienda beber agua, dado que el cuerpo utiliza sus reservas de agua para procesar y eliminar el alcohol. Esto puede causar deshidratación, y con ellos los populares síntomas de la resaca.
Fuentes consultadas:
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.
