Qué es la hernia de hiato y cómo se puede tratar

La hernia de hiato o hernia hiatal es una afección que ocurre cuando la parte superior del estómago sobresale a través del músculo que lo separa del pecho. Aunque es difícil determinarlo, los investigadores estiman que puede afectar a casi ¼ de la población. Aquí te contamos cuáles son sus síntomas, causas, tratamientos, y qué remedios caseros pueden brindarte alivio.

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El hiato es una pequeña abertura en el diafragma por la que pasa el esófago para unirse con el estómago. Durante una hernia hiatal, la zona superior del estómago empuja a través de esta abertura hacia el interior del pecho. Esta afección puede ser leve, generalmente no causa problemas e incluso pasa desapercibida, o grave, provocando que la comida y el ácido retrocedan al esófago.

Como señalamos, si la hernia de hiato es pequeña probablemente no genere síntomas. Sin embargo, cuando son grandes pueden ocasionar ardor estomacal, reflujo ácido, regurgitación del líquido o comida, problemas para tragar o respirar y dolor de pecho o abdomen. En el peor de los casos puede llegar a apreciarse vómitos con sangre o heces de color negro.
Remedios para el reflujo
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La edad es un factor de riesgo para la hernia de hiato, ya que, al envejecer, el músculo del diafragma puede volverse débil, posibilitando el empuje del estómago. En la obesidad, en cambio, se da un aumento del volumen abdominal, produciendo presión sobre ciertos órganos de la zona, como el estómago, y forzando así su paso por el hiato.
Otros factores que pueden favorecer la aparición de una hernia hiatal son el estreñimiento, por los constantes esfuerzos al momento de defecar, levantar objetos pesados o realizar movimiento de gran impacto, sufrir estrés, padecer tos crónica, ya que fuerza la cavidad torácica, fumar, y beber alcohol en exceso.

Tratamiento

Para tratar la hernia de hiato los profesionales de la salud normalmente recomiendan tomar medicamentos para controlar la acidez. En caso de que la afección sea grave, se puede evaluar una cirugía. También se anima al paciente a modificar sus hábitos: comer más liviano, no acostarse inmediatamente tras la cena, bajar de peso e incluso elevar unos centímetros la cabecera de la cama.

Tratamiento
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Consejos para prevenirla

Para prevenir la hernia de hiato, o aliviarla si ya se la padece, se aconseja adoptar hábitos saludables. La alimentación es clave, y lo ideal es incluir alimentos ricos en fibra dietética, como aceite de oliva, aguacate, caldos, espárragos, frijoles, frutas y sus jugos (no cítricos), frutos secos, pescado, pollo, probióticos (que favorecen la microbiota intestinal), semillas, y vegetales verdes.
De la misma forma que ciertos alimentos son beneficiosos, otros pueden empeorar los síntomas de la hernia. Entre ellos se encuentran aquellos muy salados, ácidos, aceitosos o procesados, como la comida frita, dulces, gaseosas, bebidas con cafeína o alcohólicas, chocolates, productos lácteos altos en grasas y panificados. Las cebollas, ajos y cítricos también pueden ser perjudiciales.

Remedios caseros

En casa podemos encontrar opciones para aliviar la hernia de hiato. Un remedio popular consiste en beber un vaso de agua tibia en ayunas, para relajar los músculos del abdomen y diafragma. Puedes potenciar su efecto diluyendo una cucharada de canela, que gracias a que posee cinamaldehído, ayuda a reducir la acidez, o unas gotas de vinagre de manzana, que produce un efecto alcalino en el cuerpo.

Beneficios del vinagre de manzana
Remedios caseros
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Ciertos tipos de té pueden ayudarte a aliviar los síntomas de la hernia de hiato, a la vez que favorecen una buena digestión. Entre ellos se encuentran el boldo, la manzanilla o el jengibre. Puedes agregar una cucharadita de estas hierbas por taza, hervirlas, colarlas y luego beberlas, para disfrutar de sus propiedades antiinflamatorias, relajantes y reductoras de la acidez.

Masajes

Si la hernia no es grave, pero si lo suficientemente molesta, puedes automasajearte dos veces al día para aliviarla. Recuéstate boca arriba y presiona con los dedos la caja torácica, diluyendo levemente la presión a medida que los deslizas hacia el ombligo. También puedes realizar yoga, con el objetivo de fortalecer los músculos abdominales, a la vez que disminuyes los niveles de estrés.

Fuentes consultadas:

Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo, Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.
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