Muchas mujeres tienen trabas que les impiden disfrutar de una vida sexual plena. Los factores que se interponen pueden ser físicos o psicológicos, y muchas veces las creencias o los tabúes que rodean a estos problemas, dificultan la búsqueda de ayuda profesional. Es importante identificarlos, reconocerlos y saber qué soluciones existen para afrontarlos.
1. Falta de deseo sexual
El deseo sexual de las mujeres varía naturalmente con el paso de los años. Los altibajos coinciden con el comienzo o el final de las relaciones, o con grandes cambios en la vida, como el embarazo, la menopausia o una enfermedad. Algunos medicamentos que se usan para los trastornos del estado de ánimo, también pueden provocar la disminución del deseo sexual.
Cómo afrontarlo
Si tienes poco deseo sexual y eso te preocupa, consulta al médico. La solución podría ser tan sencilla como cambiar un medicamento que estás tomando y buscar tratamiento para alguna enfermedad crónica que padeces, como presión arterial alta o diabetes, o quizá depresión.
2. Falta de excitación
Excitación agrupa los cambios físicos y emocionales que se presentan como reacción previa a una relación sexual. En las mujeres, ocurren varios cambios que de no existir, ponen en evidencia una falla. Muchas veces, pueden deberse a un problema latente en la pareja (falta de estímulo, de diálogo) por eso, lo mejor es abordar el problema con el compañero/a, y luego si persiste, consultar a un profesional.
Otras causas del problema
La falta de excitación también puede deberse al estrés o la ansiedad, ciertos medicamentos, beber alcohol, fumar, o haber tenido experiencias negativas en el pasado.
3. Anorgasmia
Es la imposibilidad de tener un orgasmo durante las relaciones sexuales. Aunque la intensidad de los orgasmos disminuye con el paso del tiempo, es probable que las mujeres con este trastorno nunca los hayan experimentado durante sus relaciones sexuales, o que hayan dejado de tenerlos, lo cual debe abordarse con terapia.
4. Relaciones dolorosas
El dolor vaginal ocurrido durante la penetración sexual se denomina dispaurenia y pone a la mujer en un plano de sufrimiento frente a la intimidad. Hay mujeres que tienen dolores ocasionales, sin embargo, cuando el dolor es un denominador común, es un problema serio que debe ser tratado por un profesional.
5. Vaginismo
Es un espasmo de los músculos que rodean la vagina, que ocurre en contra de la voluntad. Provoca dificultad para tener actividad sexual y exámenes médicos. Podría deberse a: un trauma o abuso sexual del pasado, problemas de salud mental, o a una respuesta que se desarrolla debido al dolor físico. En algunas ocasiones, no se puede encontrar ninguna causa.
6. Resequedad vaginal
Se presenta cuando los tejidos de la vagina no están bien lubricados y sanos. La vaginitis atrófica es causada por una disminución en los estrógenos. Si los niveles de estrógenos disminuyen, como en la menopausia, el tejido vaginal se encoge y se vuelve delgado. Esto causa resequedad e inflamación. El estrés, una cirugía y la quimioterapia, también pueden causar el problema.
Soluciones: consejos para aumentar la líbido
Los expertos médicos aconsejan: aborda los problemas sexuales con tu pareja y actúa para resolverlos, disminuyendo tensiones y alejando malentendidos, enfócate en el acto sexual en sí, aumenta tus conocimientos y aptitudes sexuales, dedica tiempo a la actividad sexual, y mantente concentrada en lo que te provoca placer.
Cómo aumentar el deseo y excitación sexual
Descansa, dedica más tiempo a las caricias y estimulación, utiliza un lubricante vaginal para tratar la resequedad o molestias si las hubiera, realiza los ejercicios de Kegel y deja de fumar si lo haces.
Cómo disminuir el dolor
Prueba distintas posiciones, permite que transcurra suficiente tiempo entre la excitación y la penetración, utiliza un lubricante vaginal, báñate con agua tibia, y vacía la vejiga (orina) antes de tener relaciones sexuales.
Si todo esto no funciona…
Visita al médico. Para muchas mujeres, puede ser vergonzoso contarle a un médico sus problemas sexuales, pero hablar honestamente con él, será un paso inicial para superarlos. Para cada tipo de disfunción sexual, hay una alternativa diferente, y muchas veces se requiere de paciencia. Pero no se debe esperar: mientras más tiempo pase, más difícil será encontrar la solución.
Fuentes consultadas
Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., Clínica Mayo, Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG).