La moringa, una planta asiática conocida como "árbol de la vida", pertenece a la categoría de los superalimentos. Lleva siglos usándose en la medicina tradicional, desde los egipcios y griegos, hasta los antiguos romanos. Se utiliza en técnicas de curación naturales destinadas al cuidado del cuerpo y la mente, y, sobre todo, en la dieta y la alimentación.
Aunque la moringa (Moringa oleifera) es originaria de India, Pakistán, Bangladesh y Afganistán, se cultiva ampliamente en los trópicos, sobre todo en Venezuela y sus países vecinos. Esto se debe a su capacidad de crecer en todo tipo de condiciones y suelos, una forma de cultivo económica y sencilla, y a que sus hojas conserven un alto contenido de vitaminas y minerales cuando se secan.
Prácticamente la totalidad de la moringa se pueden aprovechar, ya que sus hojas, flores, semillas, frutos y raíces son comestibles, lo que permite una gran variedad de usos. Se puede cocinar de muchas formas, comerse cruda (sus hojas y flores), hervirla (sus frutos o raíces) y aprovechar el aceite de las semillas.
La moringa se destaca por sus usos alimenticios y medicinales, tanto para el tratamiento como para la prevención de enfermedades y lesiones. Aporta vitaminas A, B, C, E y K, y minerales como calcio, fósforo, hierro, magnesio, potasio o zinc. Incluso su aceite puede utilizarse para elaborar perfumes y productos para el cuidado del cabello, como también, lubricante para máquinas o combustible para lámparas.
Desde la medicina tradicional la moringa se ha utilizado como antiinflamatorio, antioxidante, antiespasmódico, afrodisíaco, anticonceptivo, diurético, inmunoestimulante y suplemento nutricional. Si bien presenta un abanico atractivo de propiedades, muchos de los estudios que las corroboran han sido considerados insuficientes. Estos son sus usos más estudiados:
Contra el asma
Investigaciones clínicas hallaron que consumir polvo de semillas de moringa (3 g, dos veces al día, durante tres semanas), puede reducir la gravedad de los síntomas del asma, como disnea, sibilancias, opresión en el pecho y tos. También mejora la función pulmonar en pacientes con asma leve a moderado.
Existe evidencia científica que señala que el consumo regular de hojas de moringa en polvo ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre. Estos resultados se observaron en pacientes con diabetes tipo 2 que no tomaban fármacos antidiabéticos.
Disminuye los niveles de colesterol
La hiperlipidemia es una enfermedad que se caracteriza por altos niveles de partículas de grasa (lípidos) en sangre. Distintos estudios coinciden en que un consumo frecuente de moringa puede aliviar los síntomas de esta afección, ya que reduce los niveles de colesterol "malo" y total, y la presencia de triglicéridos.
Para una mejor lactancia
Tomar cápsulas que contienen hoja de moringa en los días posteriores al parto parece aumentar el volumen de leche materna extraída en aproximadamente 200 ml. Sin embargo, la evidencia que respalda este beneficio es preliminar y antes de comenzar a consumir estos productos, debes consultar a un profesional de la salud.
Menos desnutrición
Se halló que el consumo de suplementos alimenticios con hojas de moringa secas en polvo (15 g), dos veces al día durante dos meses, lograron un aumento de 20% del peso en niños con desnutrición leve a moderada. Aunque la evidencia es prometedora, consulta a tu médico antes de administrar moringa a los más pequeños.
Reduce síntomas de la menopausia
Incluir moringa fresca como parte de una dieta saludable y equilibrada, durante tres meses, puede mejorar moderadamente los síntomas de la menopausia, como los sofocos y los problemas para dormir.
Pérdida de peso
Su cualidad adelgazante se debe a que contiene una gran cantidad de nutrientes en conjunto con una dosis muy baja de grasas. Por lo tanto, se puede recurrir a una dieta que incluya moringa, que acelera el metabolismo y facilita la digestión, sin abandonar el consumo de nutrientes esenciales.
No es común sufrir efectos secundarios cuando se consume o bebe moringa en cantidades moderadas. Sin embargo, y a pesar de sus beneficios para la salud, esta planta puede provocar acidez, náusea y diarrea, especialmente si se la toma por primera vez. También se aconseja que las mujeres embarazadas consulten a un profesional, ya que existe el riesgo de sufrir aborto espontáneo.
Recuerda
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado. No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Fuentes consultadas:
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional
de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU.,
Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa,
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura.