Los 10 mandamientos para adelgazar

Adelgazar no es sinónimo de desnutrición. Muchas personas deciden por su propia cuenta comenzar a consumir únicamente frutas, ensaladas y yogur, dejando de lado otros grupos de alimentos de la pirámide nutricional. Es importante balancear tu menú con hidratos de carbono, proteínas, grasas, agua, fibra, vitaminas y minerales.

Algunas personas tienden a saltarse el desayuno ya que tienen la idea que así conseguirán bajar más rápido de peso, lo cual es una equivocación. De hecho, al dejar de comer, el metabolismo se desequilibra y se vuelve más lento, lo que a su vez hace que se gasten menos calorías, se almacene grasa y subas de peso.

Cuando comes por las mañanas, el metabolismo se pone en funcionamiento de inmediato, “pero al saltarse el desayuno se deja al cuerpo en ayunas por 15 o 20 horas, de modo que no se producen las enzimas necesarias para metabolizar la grasa y bajar de peso”, explica Elisabetta Politi del Centro de Dieta y Actividad Física de la Universidad de Duke.

No copies recetas o dietas que a otras personas le dieron resultados. En lugar de eso mejor acude con un nutricionista para que, en base a las necesidades de tu cuerpo, elabore un plan a la medida. Se ha encontrado que seguir algunas dietas que no están avaladas por especialistas podrían desencadenar alguna alteración en el organismo.

Sabemos que en el mundo de la alimentación existen ciertos “pecados” con una alta cantidad de calorías que únicamente te provocarán caer en remordimiento y más tarde en la desesperación de no poder bajar de peso. Si estás siguiendo un plan alimenticio, lo mejor es llevarlo al pie de la letra. Ya habrá otro tiempo para esos antojitos.

No sólo comer en exceso es sinónimo de gordura. Según un reporte publicado en el Diario Internacional de Obesidad, otros factores, como usar aire acondicionado o calefactores, dejar el cigarro (éste funciona como supresor del apetito), consumir algunos medicamentos o la misma genética influyen en que una persona gane peso.

Seguir tal estilo de vida te ayudará a tener un mejor control de peso y apetito. Además, te brindará mejor condición física, te permitirá tener un mejor sueño y aportará más confianza en ti mismo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sugieren hacer mínimo 30 minutos de diarios de ejercicio.

De acuerdo con el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, el ejercicio en conjunto con la buena alimentación son claves para compensar la mutación de los genes FTO y MC4R, esto quiere decir que ayudaría a prevenir que las futuras generaciones presenten problemas de obesidad.

Es un hecho, en estos tiempos es muy difícil para muchas personas cumplir con el promedio de ocho horas de sueño que se necesitan para estar saludable. Sin embargo, si no se duerme lo suficiente no sólo te afectará en el rendimiento productivo, sino también en tu manera de alimentarte.

Según explica la doctora Susan Redline, del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, el metabolismo es el proceso del organismo para convertir las calorías en energía. No obstante, la falta de sueño puede afectar dicho trabajo ya que cambia el nivel de hormonas que regulan el apetito como la leptina y la grelina.

La leptina es la hormona encargada de avisar que “estamos llenos” al comer, y ayuda a moderar la ingesta. Por otro lado la falta de sueño aumenta los niveles de grelina, que es la hormona que estimula el apetito y por ende, nos hace comer más cantidad. De ahí la importancia de dormir.

Con esto nos referimos a los productos “milagro” que se venden en televisión al estilo “¡llame ya!”, los cuales son ofrecidos por artistas o modelos que aseguran haber gozado de sus grandes efectos. Para ser sinceros, la magia no existe y salir de un problema de peso con estos productos no es la verdadera solución.

Seguir una buena alimentación en conjunto con el ejercicio ayudará a tu organismo a estar en sus niveles y además contribuirá en la prevención de un sinfín de enfermedades que con el tiempo se podrían presentar, como problemas del corazón y diabetes, informa la Biblioteca Nacional de Medicina.

De acuerdo con una encuesta realizada por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, el 40% de las personas entrevistadas admitió incrementar su consumo de alimentos calóricos al encontrarse en climas de estrés y nerviosismo.

Albert Lecube, coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición explica que “el estrés modifica nuestro comportamiento alimentario e influye en la elección de los alimentos y en el tamaño de las raciones, ya que las aumenta”.

Evita las comparaciones. Es probable que muchas personas se depriman al ver imágenes de esculturales modelos en las revistas o en la televisión. En lugar de eso comenzar a notar los logros que has obtenido en tu figura te ayudará a ir cumpliendo tus objetivos. Al final no desesperes, todo lleva su tiempo.

Uno de los peores errores que se pueden cometer consiste en ver como un sufrimiento hacer la dieta. La verdad es que quienes siguen un régimen deberían sentirse orgullosas de sí mismas por tener disciplina, constancia y por alcanzar una meta por sus propios méritos. ¡Tú puedes, eres una guerrera!