Daniel Devlin, de Nunhead, Londres, tiene 46 años y padece de prosopagnosia: no puede recordar ni reconocer a nadie, incluso a sus propios hijos o a su esposa. Conoce su historia, la incidencia de este trastorno en la población y la visión médica de la llamada también “ceguera de las caras”.
Una gran confusión
Para tener una idea de lo que se siente al vivir con este trastorno, Daniel expresó: “los seres humanos tienen una habilidad especial para reconocer a las personas al ver sus caras, yo realmente no la tengo. Tal vez una buena manera de explicarlo sería como pedirle a alguien que trate de reconocer a otra persona por sus manos, se ven todas casi iguales”.
¿Qué es la prosopagnosia?
Es un trastorno neurológico caracterizado por la incapacidad de reconocer las caras. Dependiendo del deterioro, algunas personas sólo tienen dificultades para diferenciar un rostro familiar de uno desconocido, mientras que otras pueden no ser capaces de distinguir una cara de un objeto. Fuente: Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS).
¿Es rara la enfermedad?
La prosopagnosia, que se diagnostica sobre la base de test que arrojan bajo rendimiento en las pruebas de reconocimiento de las caras, tiene una tasa de incidencia del 1,9% al 2,5%, según la Universidad de Birkbeck, en Londres, reconocida por su especialización en estudiar este trastorno.
¿Será mi esposa?
A pesar de haber nacido con prosopagnosia, Daniel conoció su diagnóstico recién hace unos años. "Yo acababa pensando que todo el mundo lucía igual o que tal vez no estaba poniendo tanto esfuerzo como otros para recordar las caras de las personas. Si veía a mi esposa Katarina en algún lugar inesperado y ella fingía no conocerme, no estaba seguro de que era ella” declaró.
Todos se ven iguales
Daniel, quien vive con su esposa Katarina y sus hijos, Klara, de 8 años y Emil, de 5, dice que su trastorno es tan grave que no puede reconocerlos. Su esposa declaró que cuando los niños están en uniforme escolar, todos se ven iguales para él. “En una ocasión, confundió a otro niño con nuestro hijo, y la madre se enojó mucho”. Pero agregó que han pasado por historias graciosas.
¿A qué se debe?
En algunos casos, se trata de un trastorno congénito, presente en el nacimiento. La prosopagnosia de este tipo parece darse en familias, por lo que sería el resultado de una mutación genética. Pero el trastorno también puede ser el resultado de apoplejía, lesión cerebral traumática, o ciertas enfermedades neurodegenerativas, según informa el NINDS.
La ayuda de su esposa
“Si nos encontramos con alguien, yo le advierto quién es antes de que Daniel hable con esa persona” dice Katarina, quien ayuda a su esposo a adaptarse socialmente y sobrellevar el trastorno que padece. La otra característica es que algunas personas con prosopagnosia no pueden reconocer su propia cara en el espejo.
¿Existe algún tratamiento?
El trastorno no tiene cura. El objetivo de cualquier tratamiento debe ser ayudar a la persona con prosopagnosia a desarrollar estrategias compensatorias. Los adultos que tienen la condición como consecuencia de un accidente cerebrovascular o traumatismo cerebral, pueden ser reeducados para utilizar pistas nuevas para identificar a las personas.
¿Cuál es el pronóstico?
La prosopagnosia puede ser socialmente incapacitante. A menudo, quienes la padecen utilizan otras maneras de identificar a las personas, tales como reconocer la voz, la ropa, o los atributos físicos únicos, pero a veces son insuficientes. Los niños con el trastorno congénito nacen con la incapacidad y nunca podrán reconocer una cara. (Fuente: NINDS)
¿Cómo se adapta Daniel?
“He aprendido a reconocer a las personas en función de su lenguaje corporal y las voces, en lugar de hacerlo por sus caras”. Él pensaba que su memoria era muy mala, pero se dio cuenta de que existía este trastorno al escuchar un caso en un programa de radio; se sometió a pruebas médicas específicas y por fin supo qué enfermedad tenía.