Se estima que el 80% de la población padecerá dolor de espalda en algún momento de su vida. Ten en cuenta los siguientes consejos para corregir esta dolencia que afecta la estabilidad y flexibilidad de la columna.
El dolor de espalda puede deberse a distintos factores: edad, herencia genética, sobrepeso y actividades que provocan tensión continua. Los traumatismos y las enfermedades degenerativas, como la artritis y osteoporosis, también se encuentran entre los principales responsables.
El dolor de espalda es la causa más común de ausencias laborales y el segundo motivo de consultas médicas, después de las afecciones respiratorias. La mayoría de los dolores son provocados por causas mecánicas (es decir, esfuerzos o malos movimientos), y no orgánicas, como artritis inflamatoria, infecciones, fracturas o cáncer.
Tratamientos
Para aliviar el dolor de espalda, los expertos recomiendan relajarse y aplicar terapia de frío en la zona afectada, con hielo o bolsas de gel. Se puede continuar con las actividades diarias mientras no se produzca dolor. El ejercicio regular con una técnica adecuada y una buena posición fortalecerá la espalda y prevendrá el dolor.
Para evitar dolores de espalda es importante mantener una buena postura al hacer las actividades cotidianas. Por ejemplo, al levantar objetos pesados, flexiona las piernas y endurece la zona del abdomen para no cargar el esfuerzo en la zona lumbar. Mantener un peso saludable también ayuda.
Otra alternativa eficaz para luchar contra el dolor de espalda es la fisioterapia con calor, estimulación eléctrica o ultrasonido. A su vez, un fisioterapeuta puede indicar sencillos ejercicios específicos que ayuden a aumentar la flexibilidad, fortalecer la espalda y músculos de la zona.
Medicamentos
Los analgésicos bajo prescripción médica, como ibuprofeno, naproxeno y acetaminofeno, son efectivos para aliviar el dolor. Existen otras opciones, como codeína, cortisona y algunos antidepresivos, pero para esos casos siempre es necesario consultar a un profesional de la salud.
Consejo de los expertos
Para prevenir dolores y lesiones graves, los especialistas también aconsejan hacer ejercicios específicos para mantener fuerte la musculatura de la espalda. Sin embargo, para evitar complicaciones o dolor permanente, es importante realizarlos correctamente.
Las actividades que exigen menos a la espalda son la natación, caminata, aeróbicos de bajo impacto, bicicleta fija, yoga y stretching. Los fisioterapeutas recomiendan proteger la zona lumbar, manteniendo la columna en posición neutral durante la realización de las actividades físicas.
Elongación
El dolor cervical es el más común, pero con ejercicios de elongación se puede aliviar y liberar tensiones. Con la espalda derecha, inclina la cabeza suavemente (como si quisieras tocarte el hombro con la oreja) ayudándote suavemente con la mano. Mantén 30 segundos y cambia de lado.
Otro ejercicio muy efectivo y similar al anterior, se realiza colocando la mano en la parte superior del cráneo, mientras se baja la cabeza intentando llevar el mentón hacia la axila. Luego, repite del otro lado. Aquí se estiran otros músculos que generalmente se contracturan con la postura o el estrés.
Para elongar los músculos de la nuca, se colocan los dedos entrelazados sobre la coronilla o parte superior del cráneo y se ejerce una ligera presión hasta hacer que el mentón se apoye sobre el pecho. Mantén 30 segundos y respira lentamente, dejando que el cuello se relaje. Intenta repetirlo tres veces.
Prevención
Para el dolor crónico de espalda hay que evitar la actividad aeróbica de alto impacto. Por ejemplo, el mini trampolín, fútbol, tenis, ciclismo, golf, rugby y otros deportes similares provocan tensión en la zona. También las actividades que demanden esfuerzo físico, como la albañilería y jardinería.
Los ejercicios con mucha carga pueden empeorar los síntomas. Si hay dolor, evita las sentadillas con barra, press de hombros, abdominales tradicionales y extensión de tríceps. Debes entrenar con un peso adecuado, que permita hacer de 8 a 12 repeticiones por serie sin mucho esfuerzo.
Consulta profesional
Para evitar las actividades que podrían resultar contraproducentes para la espalda, conviene consultar a un médico ortopedista, fisioterapeuta e incluso hasta el entrenador del gimnasio. Ellos podrán indicar qué actividades conviene evitar para no agravar el problema, o sugerir el tratamiento adecuado.
Fuentes consultadas
Asociación Estadounidense de quiropráctica, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.