Consejos para evitar enfermarte con la bacteria “E. Coli”
Por Hercilia Garnica
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Escherichia coli, también conocida como “E. coli” es una bacteria muy común que no suele generar problemas graves. Se trata de una bacteria fecal que vive en los intestinos de personas y animales sanos y que, en principio, es inofensiva para el organismo. Sin embargo, hay una variedad de cepa que no es inocua y puede provocar enfermedades graves. La Escherichia coli O157:H7 puede causar cólicos abdominales intensos, diarrea con sangre y vómitos.
Es posible entrar en contacto con la Escherichia coli proveniente del agua o de los alimentos contaminados, sobre todo de los vegetales crudos y de la carne de res molida poco cocida. Los adultos sanos se recuperan de la infección por la Escherichia coli O157:H7 en una semana, pero los niños y otros adultos pueden presentar una forma de insuficiencia renal que puede poner en riesgo la vida, denominada “síndrome urémico hemolítico”.
Según el catedrático de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Granada, Gonzalo Piédrola, "es una bacteria que tiene dos toxinas, una que actúa sobre el intestino dando lugar a una diarrea, y otra que actúa sobre el glomérulo del riñón", lo que tiene una importante gravedad.
En pequeñas cantidades
La cepa O157:H7 produce una toxina muy potente que daña el revestimiento del intestino delgado, lo que puede causar diarrea con sangre. A diferencia de otras bacterias que causan enfermedades, la E. coli puede provocar una infección, aunque la ingieras en pequeñas cantidades. Por esta razón, puedes enfermarte por E. coli por comer una hamburguesa poco cocida o por tragar un poco de agua de un estanque.
Las fuentes potenciales de exposición son los alimentos y agua contaminados y el contacto persona a persona, aunque la forma más frecuente de adquirir una infección por E. coli es comer alimentos contaminados, tales como: carne de res picada, leche sin pasteurizar, productos frescos.
Contacto persona a persona
La bacteria E. coli puede propagarse de persona a persona con facilidad, especialmente, cuando los adultos y niños infectados no se lavan las manos correctamente. Los miembros de la familia de niños con infección por E. coli tienen más probabilidades de adquirirla. Los brotes también han ocurrido entre niños que visitaron zoológicos interactivos y establos de animales.
Tres o cuatro días después
Los signos y síntomas de la infección por E. coli O157:H7, normalmente, comienzan tres o cuatro días después de la exposición a la bacteria, aunque puedes enfermarte tan pronto como el día siguiente o más de una semana después.
Síntomas importantes
Las señales más importantes de la infección por E.Coli son: diarrea, que puede variar de leve y líquida a grave y con sangre. Cólicos abdominales, dolor o sensibilidad. Náuseas y vómitos. Debes acudir al médico si la diarrea es persistente, grave o presenta sangre.
El peor tipo de E. coli, conocido como E. coli O157:H7, en ocasiones puede provocar fallas renales e incluso la muerte porque genera una toxina denominada Shiga y se lo conoce como E. coli productor de toxinas Shiga (STEC, siglas en inglés). Existen muchos otros tipos de STEC y algunos pueden provocar enfermedades tan graves como el E. coli O157:H7.
Falla renal
Una complicación grave vinculada con la infección por E. coli es el síndrome hemolítico-urémico (HUS, siglas en inglés). La infección genera sustancias tóxicas que destruyen los glóbulos rojos, lo cual causa lesiones renales. El HUS puede requerir cuidados intensivos, diálisis de los riñones y transfusiones.
No existe una vacuna ni un medicamento que pueda protegerte contra la enfermedad causada por E. coli, pero los investigadores estudian posibles vacunas. Para reducir las posibilidades de estar expuesto a la E. coli, evita los alimentos riesgosos y ten cuidado con la contaminación cruzada.
¿Qué hacer?
Cocina las hamburguesas hasta que alcancen los 160 °F (70 °C). La carne debe estar bien cocida, sin que se vea ninguna parte rosada. Bebe leche, jugos y sidra pasteurizados. Lava los alimentos crudos con cuidado. Un enjuague minucioso puede eliminar la suciedad y reducir la cantidad de bacterias que puedan estar adheridas al alimento.
Lava los utensilios. Usa agua caliente y jabón para lavar los cuchillos, las mesadas y las tablas para cortar. Mantén separados los alimentos crudos. Nunca pongas las hamburguesas cocidas en el mismo plato que usaste cuando estaban crudas. Lávate las manos después de preparar o comer la comida, de ir al baño o de cambiar los pañales.
Fuentes consultadas
Clínica Mayo
Academia Americana de Médicos de Familia
Departamento de Agricultura, Servicio de Inocuidad e Inspección de los Alimentos
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades