Cómo elegir las sopas más saludables

A medida que las temperaturas descienden, las deliciosas y humeantes sopas comienzan a estar cada vez más presentes tanto en los hogares, como también en los restaurantes o en las tiendas para llevar al paso. Aunque son conocidos los beneficios de incorporarlas a la dieta, es importante aprender a prepararlas de forma saludables o elegirlas correctamente. Aquí te mostramos cómo hacerlo:

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Grasa saturada

Si tienes predilección por las sopas espesas, ten cuidado como haces para alcanzar esa consistencia, ya que, generalmente, se consigue mediante el uso de cremas y mantequilla. Esto aumenta la exposición a grasas saturadas no saludables, que, en exceso, pueden aumentar los niveles de colesterol, causar el bloqueo de las arterias y dificultar el flujo sanguíneo.
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Grasa saturada
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Sodio

Las sopas enlatadas a menudo contienen altas cantidades de sodio, incluso algunas alcanzan más de la mitad del límite diario recomendado de 1.500 mg. La mayoría de los estadounidenses consumen a diario más de 3.400 mg de sodio, cantidad que excede por mucho las pautas federales de 2.300 mg. Demasiado sodio en la dieta puede aumentar el riesgo de hipertensión, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Azúcar

Puedes encontrar azúcar en algunas variedades de sopas enlatadas. Por ejemplo, un envase de una clásica sopa de tomate contiene jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, que contribuye a un total de 20 g de azúcar. Los expertos recomiendan limitar los azúcares agregados a no más de 24 g por día para mujeres y 36 g para hombres.

Calorías

Las sopas son generalmente más bajas en calorías que otras opciones de entrada, pero eso cambia fundamentalmente cuando se completa la sopa con queso, crema agria, crutones, o se combina con un pedazo de pan. Si este tipo de variedad es tu favorito, intenta no comer demasiado después o que directamente sea el platillo principal de la comida.

Nutrientes

Para aumentar la potencia de los nutrientes y la fibra, debes sumar tantos vegetales como sea posible, como pimientos, espárragos, brócoli, espinacas, cebollas y zanahorias. Haz una comida completa con proteínas agregando lentejas o frijoles, pescado, carne de res extra magra, pavo o pollo.
Nutrientes
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Información nutricional

La información nutricional de las sopas la puedes encontrar en la etiqueta del producto. Muchos restaurantes también ofrecen información nutricional en sus menús o sitios web. Existen sopas preparadas de forma más saludables que otras, por ejemplo, con menos sodio o grasas saturadas y ningún conservante.

Preparadas o caseras

Las sopas preparadas están bien en caso de apuro siempre y cuando establezcas límites. Busca que tengan menos de 500 calorías, 600 mg de sodio, 5 g de grasa saturada y 5 g de azúcar agregada. Si decides hacerlas en casa, evita el uso de caldos grasos a base de crema, en su lugar, opta por caldo a base de pollo o verduras, y agrega los vegetales o especias que más te gusten.

Sopa de pollo

Además de los beneficios nutricionales, las sopas también pueden aliviar ciertas dolencias. Los investigadores analizaron los componentes de la tradicional sopa de pollo y hallaron que tiene propiedades antiinflamatorias capaces de reducir los efectos secundarios de la gripe, resfriado e incluso algunas dolencias gastrointestinales, como la indigestión o los intestinos inflamados.
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A la sopa de pollo se la suele conocer como la "comida confort" por excelencia. Esto se debe a que reduce la congestión, provee la hidratación necesaria para luchar contra un estado gripal, y sus vapores ayudan a abrir las vías respiratorias. La receta tradicional contiene pollo, cebolla, papa dulce, apio, zanahoria, perejil, sal y pimientas, entre otros componentes.
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Fuentes consultadas:

Asosiación Estadounidense del Corazón, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
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