Alcanfor ¿es bueno para cuidar la piel?

¿Conoces el alcanfor? Es una especie de cera con propiedades analgésicas y antisépticas, por lo que suele utilizarse en cremas, lociones o pomadas para untar en el pecho. Si bien algunos de sus compuestos pueden causar irritación, no existe riesgo si se utiliza correctamente. Aquí te contamos cómo hacerlo y qué otras propiedades puedes obtener de esta sustancia.
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El alcanfor se consigue del árbol Alcanforero, perteneciente a la especie Cinnamomum camphora. Contrario a la creencia popular, no se obtiene del fruto de esta plata asiática, el cual no es comestible, sino de su madera. El resultado es una sustancia blanca, gelatinosa y de fuerte olor.
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El alcanfor se utiliza para ciertos procesos industriales, como elaborar repelentes, pirotecnia, aceites, como de trementina o aguarrás, y para saborizar alimentos. También se lo puede encontrar en cualquier tienda naturista o de compras online en forma de cremas, aceites esenciales o lociones, de las que puedes obtener estos beneficios:

Fortalece la piel

Los productos que tienen alcanfor pueden aliviar la irritación y picazón de la piel. Se cree que esto se debe a sus propiedades antibacterianas y antifúngicas, que ayudan a prevenir infecciones. También existe evidencia de su potencial antienvejecimiento, ya que es eficaz para tratar heridas o arrugas.

Qué producto debes usar según tu piel

El alcanfor incluso parece ayudar a tratar quemaduras. Un estudio en animales encontró que un producto a base de alcanfor, miel y aceite de sésamo disminuyó el tiempo de curación de las heridas causadas por quemaduras de segundo grado, incluso fue más eficaz que la vaselina. Los investigadores señalaron que es suficiente utilizarlo una vez al día sobre la zona lastimada.

Cuidado del cabello

El alcanfor puede aliviar la irritación en el cuero cabelludo, al reducir los problemas de caspa y picazón. Para aprovechar sus propiedades, los expertos indican que se pueden triturar las tabletas de alcanfor en un aceite portador para masajear. Puedes disolverlo mejor calentando el aceite durante 10 segundos y dejándolo enfriar antes de aplicarlo.

Para el dolor muscular

Diferentes ensayos asociaron al alcanfor la capacidad de aliviar calambres, espasmos y rigidez muscular. Por este motivo, podemos encontrarlo en productos como Bengay, que se utilizan para masajear las zonas adoloridas varias veces al día.
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Contra la artritis

Las propiedades antiinflamatorias del alcanfor no se limitan solamente a los músculos. Distintos estudios hallaron que puede aliviar el dolor y la inflamación articular causados por la artritis. Existen productos que poseen alcanfor, como Icy Hot y Biofreeze, que se utilizan a diario para calmar el malestar.

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Alivia la congestión

Se halló que el alcanfor también es efectivo para aliviar la congestión, tos nocturna, y, por ende, las dificultades para dormir. Los especialistas recomiendan diluirlo en agua hierviendo y sostener la cabeza, tapada por una toalla, sobre el cuenco. Si prefieres las cremas, puedes aplicarlo en el pecho o los pies, pero nunca alrededor de las fosas nasales.

Otros usos

Otros beneficios que se le adjudican al alcanfor son mejorar la circulación sanguínea, combatir los piojos, reducir los gases, favorecer la digestión y fortalecer las defensas. Sin embargo, aún no existe evidencia sólida que respalde estos beneficios.

Otro beneficio del alcanfor muy extendido en portales de Internet es que puede ayudarte a perder peso. Los especialistas recomiendan tener cuidado, ya que no existe evidencia que garantice esta propiedad y el uso que se recomienda para lograrlo puede causar vómitos, dolor de cabeza, irritación y problemas intestinales.

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Precauciones

No debe confundirse el aceite de alcanfor con su aceite esencial. Mientras el segundo se utiliza para aliviar diferentes malestares, el primero puede resultar tóxico e incluso cancerígeno. Además, los expertos recomiendan no superar las concentraciones del 11% en sus productos derivados. Su uso tampoco se recomienda en niños, mujeres embarazadas y personas con Parkinson.

Fuentes consultadas

Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA), Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.